Cita:
Iniciado por CAPA
Es cierto, es curioso pero a mí a veces me da miedo por ejemplo ayudar a una anciana a cruzar la calle, miren hasta donde puede llegar la fobia social
|
Esto me hace recordar una anécdota.
Hará cosa de unos 3 años , yo iba cada tarde en bus desde mi barrio hasta el centro de mi ciudad siempre a la misma hora .
Al rato de subirme en una parada siguiente coincidía con el horario de salida de un centro de enseñanza-ayuda a personas con síndrome de down y deficiencia psíquica . En esa parada siempre se solían subir varios jóvenes deficientes.
Un día se subió uno de ellos que ya lo tenía visto muchas veces , y vi que ocurría algo extraño porque el conductor hablaba con él . El problema era que se había dejado en el centro o había perdido la " tarjeta recargable " para pagar el bus , pero el chico no era capaz de explicárselo al conductor o quizás el chico no era capaz de entender y razonar por qué el conductor no le dejaba pasar esa tarde , digamos que tenía aprendida una rutina y una vez que se la habían cambiado ya no sabía como desenvolverse . Lamentablemente este chico no tenía los rasgos típicos de síndrome de down y si no lo conocías previamente como era mi caso , aunque apreciabas algo raro en su cara , perfectamente podía pasar por drogadicto ya que tenía mirada perdida etc . Supongo que el conductor pensó que se había subido una persona drogada y por eso no le dejó subir si no pagaba , ya que le hablaba al chico con muy poco tacto y malos modales.
Presencié toda la escena , y por dentro tenía unas ganas inmensas de irle a explicar al conductor que ese chico era un disminuido etc etc , y además quería pagarle el billete , pero lamentablemente la vergüenza me inmovilizó , y vi como el chico finalmente se tuvo que bajar y medio desorientado porque seguramente no entendía qué pasaba volvió hacia su centro.
Tuve remordimientos y me dolió ese escena.
A los pocos días lo volví a ver en el bus , y esta vez llevaba la tarjeta colgada a cuello , y eso me hizo soltar una sonrisa emocionada en la cara . Pensé en su madre diciéndole : " ya verás , nunca más te olvidarás o perderás la tarjeta ".
Lo gracioso es que lo volví a ver hace pocos meses , esta vez caminando por la calle , después de haber pasado varios años y sigue con la tarjeta colgada al cuello como si fuese " acreditado " al algún evento , y de nuevo mi cara dibujó una sonrisa. .