Al principio me daba miedo y a veces hasta no lo hacía o ponía cualquier excusa, contestar el teléfono era un martirio jajaja y llamar peor
Contestar y llamar era una de esas cosas que producía "ansiedad" y que es de lo más común para el resto pero para mí no, pero con el tiempo y como pasaba solo en casa, me tocaba responder las llamadas que no eran para mí jajajaja, entonces no hubo remedio y me dejé de tonterías, como por suerte no eran llamadas largas entonces fue mejor, poco a poco fue desapareciendo ése temor.
Igual las llamadas "recibidas" nunca son para mí jajajaja ¬¬ ...