Y esa es mi disculpa para la ambición descarada de ser escuchado cuando en este segundo no tengo oídos para nadie, es este momento en que las cosas que deberían ser importantes pierden su causa y sentido, la ansiedad me enreda la lengua y desvía mis ojos, no me concentro en nada y hasta el monólogo que siempre me repito se torna tan corto como dos palabras; Soledad y Fracaso. Para ser más claro no quiero decir que el resto del tiempo poseo una meta o un amigo, porque ciertamente no, es el sonido rítmico un balón rebotando sobre un desierto de concreto o unos audífonos para arañar el cerebro y no dejarlo maquinar en paz, ¿Pero porque estoy solo? ¿Porqué siempre fracaso? Aveces siento que estoy confabulado contra mi propia alegría y que lo único que en el fondo deseo es pararme solo a mirar un muro en ruinas, preservando el silencio, permaneciendo estático, Pero entonces comienza rodearme el vació que eh creado hasta sumergirme por completo, es allí cuando con violencia intento sacar la cabeza de ese fango, no es mi deseo el nadar es que por simple reflejo no quiero ahogarme.