Te cuento un poco mi historia:
Con 16 años cambié de colegio para hacer bachillerato y ahí fue cuando descubrí que algo raro me pasaba que me impedía relacionarme normalmente con mis nuevos compañeros.
En el colegio anterior me sentía muy bien y en clase estaba perfectamente adaptado siendo una persona que se llevaba bien con todo el mundo y tenía a todos los compañeros por amigos (es más era uno de los payasetes de la clase)
Durante el primer año de bachillerato lo pasé fatal, suerte que fuí con dos compañeros antiguos que me sirvieron de apoyo en la nueva clase.
El segundo año de bachillerato fue mejor, no le daba tantas vueltas a las cosas y en clase estaba más tranquilo y hasta participaba de vez en cuando, pero siempre tenía en la cabeza que iba a suceder al año posterior cuando empezase la carrera.
El día de la presentación en la universidad resultó ser un éxito para mí, coincidí en clase con una excompañera de mi primer colegio con la que me llevaba muy bien y también con una excompañera del bachillerato, que aunque no había hablado mucho con ella hicimos una buena amistad enseguida y ya no tenía miedo a estar con ella. Es más, esta chica me llegó a decir un día que le hacía mucho reir con mis cosas y que era muy gracioso, que ya no era la misma persona que en el bachillerato.
Así que el tener a dos apoyos en la universidad me hizo creer más en mí y en clase era uno más.
A nuestro pequeño grupo de tres se fuerón sumando más gente y creamos un grupo majo. Quedábamos los fines de semana para salir, para ir al cine, de cañas... éramos una buena pandilla.
Sin duda éste fue el mejor año de la carrera, ya que como todos sabéis, las carreras no son como el colegio, que pasan todos de curso y no pierdes amistades.
Llegó el siguiente año y ya cada uno del grupo iba a unas clases diferentes y tal, y como yo me había cerrado en mi grupo el primer año mientras que los demás hbían hecho algunas amistades más, pues me quedé un poco solo.
Pasé malos momentos porque me costaba introducirme en los grupos y a veces me veía solo, pero poco a poco fuí haciendo amistad con algunas pocas personas, que a su vez me presentaban a otras y así hasta hoy.
Me quedan cuatro asignaturas para acabar. En líneas generales doy una nota de 6 a mi paso por la universidad, en lo que a vida social se refiere (creo que podía haber sido mucho peor y haberme dejado muy tocado y no, así que estoy contento) y estoy contento por el hecho de ser ingeniero
Además me ha servido para ver que es lo que más me cuesta, que es introducirme en un grupo ya hecho (poco a poco voy mejorando en ello) y las mujeres que me atraen, que aún me pongo algo nervioso cuando estoy con ellas.
Y por último; ya sé que esto que voy a decir ahora puede sonar fácil pero es lo que mejor me ha resultado: Hay que ser uno mismo a la hora de hacer nuevas amistades. Yo de por sí soy de hacer muchas tonterias cuando estoy a gusto. cuando iba a alguién con miedo iba serio, dándo una imagen de mí que no era, imitando el comportameinto de los triunfadores de la clase, y así me iba siempre mal, no tenía recursos y la cagaba enseguida.
Pero cuando empecé a ser yo mismo (aún a veces me cuesta un poquillo) las cosas fueron mejor y la gente eso lo nota y confían más en tí, en serio.
Esta es mi larga historia. Un saludo
