|
|
12-nov-2013
|
|
|
Porque desde siempre las mujeres han sido victima de los hombres que son supuestamente el sexo ''fuerte''
no sé como hay gente que aún no lo comprende
|
|
|
|
12-nov-2013
|
|
|
Cita:
Iniciado por atenea269
no creo q haya desigualdad
|
Porqué no?
Cita:
Iniciado por atenea269
no hay hacer caso a como ponen las cosas en la prensa
|
Y a qué hay que hacerle caos entonces? que yo sepa,es GRACIAS A LA PRENSA QUE QUEDAN EN EVIDENCIA TANTOS HORRORES JUDICIALES.
|
|
|
|
12-nov-2013
|
|
|
Cita:
Iniciado por Jason X
Porqué no?
Y a qué hay que hacerle caos entonces? que yo sepa,es GRACIAS A LA PRENSA QUE QUEDAN EN EVIDENCIA TANTOS HORRORES JUDICIALES.
|
no digo q halla q hacerles caso nunca, solo q a veces tratan las cosas de manera morbosa.
|
|
|
|
12-nov-2013
|
|
|
Es feminicidio. Ketket te lo explicó muy bien, es así de simple, no le busques más. Por ejemplo, los feminicidios de Ciudad Juarez(México), que casi todos siguen impunes. A esas chicas, casi todas muy jovenes, las han violado y torturado antes de matarlas. Obviamente, por hombres, porque se les hace fácil, porque quieren "divertirse" un rato y utilizarlas como juguetes. Ya me dirás tu si eso no lo hacen precisamente porque son mujeres en situaciones vulnerables, y que no son víctimas del machismo más horroroso.
|
|
|
|
13-nov-2013
|
|
|
Cada vez que un orangután revienta alguna mujer que se sentía atraida por él, hasta mandarla al otro barrio, y luego lo meten 20 años en la carcel, el orden de las cosas mejora. Si luego se suicidase además saldría más económico, que no me gusta pagar impuestos.
|
|
|
|
13-nov-2013
|
|
|
Deberíamos ocuparnos más de nuestra propia autovictimización, de tratar de superarla.
Nos iría mucho mejor.
|
|
|
|
13-nov-2013
|
|
|
Cita:
Iniciado por alvplay
Porque desde siempre las mujeres han sido victima de los hombres que son supuestamente el sexo ''fuerte''
no sé como hay gente que aún no lo comprende
|
Si claro y por eso es que ahora hay que dar vuelta la tortilla y castigar severamente a los hombres solamente.Ej,si una mujer maltrata a su pareja y le golpea,pues el resultado termina siendo un carcajadón por parte de los polícias,en cambio si resulta ser al revés pues es muy probable que el hombre se coma fácil una docena de años adentro.Si una mujer le toca la cola a un hombre pues es cosa de todos los dias en cambio si un hombre hace lo mismo pues es catalogado de violador.Mucha igualdad y coherencia veo en los juicios si señor .
|
|
|
|
13-nov-2013
|
|
|
Cita:
Iniciado por Synergy
Deberíamos ocuparnos más de nuestra propia autovictimización, de tratar de superarla.
Nos iría mucho mejor.
|
Sobretodo para no hacer un trollpost de quejoso como el tuyo.
Cita:
Iniciado por Neur0mancer
Cada vez que un orangután revienta alguna mujer que se sentía atraida por él, hasta mandarla al otro barrio, y luego lo meten 20 años en la carcel, el orden de las cosas mejora. Si luego se suicidase además saldría más económico, que no me gusta pagar impuestos.
|
Claro,si el hombre revienta a la mujer es un orangutan,y si la mujer revienta al hombre que es? una simple enfermita que no sabía lo que hacía? una pobre victima del sistema? Espero la respuesta.Vamos que el hombre revienta mucho más a la mujer que al revés es porqué los hombres somos mucho más violentos y también y mucho más.nos matamos mucho más a nosotros que ellas a ellas,no hay ningún indicio de femicidio en ésto.
|
Última edición por Jason X; 13-nov-2013 a las 02:30.
|
|
|
13-nov-2013
|
|
|
De que existe el femicidio existe. Como mencionó Elodin, En ciudad Juárez personas mentalmente sanas matan y torturan mujeres solo por ser mujeres para divertirse.
Ahora, lo que si considero, es que se le sobreproteje de manera excesiva a la mujer; cosa que le da mucha ventaja en abusos. Si una mujer quiere abusar de un hombre, se lastima ella misma y se inventa todo un testimonio; que al fin y al cabo la justicia no le va a creer al hombre aún así no haya evidencias en su contra y el tipo sea más bueno que Good Guy Greg.
|
|
|
|
13-nov-2013
|
|
|
Cita:
Si claro y por eso es que ahora hay que dar vuelta la tortilla y castigar severamente a los hombres solamente.Ej,si una mujer maltrata a su pareja y le golpea,pues el resultado termina siendo un carcajadón por parte de los polícias,en cambio si resulta ser al revés pues es muy probable que el hombre se coma fácil una docena de años adentro.Si una mujer le toca la cola a un hombre pues es cosa de todos los dias en cambio si un hombre hace lo mismo pues es catalogado de violador.Mucha igualdad y coherencia veo en los juicios si señor.
|
A esto querías llegar, entonces. Pues claro que hay injusticias hacia los hombres, por lo mismo de cómo se ha construido nuestra cultura y como están marcados los roles del hombre y la mujer. Buscas igualdad, claro, como muchos lo hacemos. Pero un cambio profundo en la sociedad no se da de un plumazo, ni decretando leyes y esperando que todo se solucione solo. Cambiar la cultura y las ideas que se transmiten de generación en generación, es algo que toma muchísimo tiempo, y creo que es proporcional a la magnitud del cambio que se necesita, porque es algo tan arraigado, algo que esta tan enterrado en la sociedad, que hay que ir desmontando todo pieza por pieza, capa por capa con una lentitud exasperante y haciendo malabares, porque es algo que está unido otras situaciones y cosas que deben cambiarse. Todo esta entrelazado. Lo cierto es que es muy probable que la humanidad fracase, en esto y en muchas otras cosas más. Nuestra sociedad es muy imperfecta, siempre en peligro de ir demasiado lejos…en un sentido u otro.
Tal vez te interese esto:
Durante un período que se extendió durante varios miles de años, prácticamente todos los sociedades humanas fueron “matriarcales”, lo que significa que vivían con una consciencia de que la naturaleza era sagrada y que tenían como figura religiosa central a una Diosa Madre. Dentro de todas estas sociedades, las mujeres tenían una importante posición social. Debido a una serie de factores históricos complejos, que van hasta invasiones sistemáticas de pueblos guerreros indoeuropeos hasta la invención de la escritura, que favoreció el pensamiento abstracto y racional sobre lo emocional y lo intuitivo (hemisferio izquierdo sobre hemisferio derecho del cerebro), un Único Dios, masculino y autoritario, usurpó la soberanía de la diosa. El sometimiento sistemático, político y económico de las mujeres fue el aspecto social de esta transformación. Simultáneamente, la esclavitud se hizo moneda corriente.
El feminismo ingenuo ha supuesto que el patriarcado solo fue un cambio en las relaciones sociales de poder que sentó las bases del sometimiento de las mujeres por los hombres, pero la realidad psicológica de este cambio en la consciencia colectiva (este pasaje del Arquetipo de lo Matriarcal al Arquetipo de lo Patriarcal) no se tradujo únicamente en una “mejoría” social para los hombres. Los valores patriarcales han mutilado muchos aspectos de la personalidad del hombre que había que extirpar o anular por entenderse contrarios a la imagen patriarcal de lo masculino: el hombre fuerte, seguro, dominador, conquistador, director del acontecer histórico y protagonista de la evolución humana.
Uno de los daños más significativos de los que el patriarcado ha infligido al hombre es la ocultación-represión de sus sentimientos, la obligación social de prescindir de los sentimientos, tapar sensaciones y emociones que lo alejaban de la imagen que se había impuesto a sí mismo: la razón y el poder. El patriarcado ha establecido modelos sobre “cómo son los hombres y mujeres”. Las mujeres son SOLO emocionales, sensibles y afectivas, el hombre es SOLO racional, fuerte, asertivo. La masculinidad caracterizada por un carácter impositivo, jefe, fuerza, seguridad, etc. y la feminidad por la debilidad, dependencia, dulzura, obediencia, etc. Hoy estos papeles están algo debilitados y desde siempre hubo hombres que no cumplían estas expectativas o se negaban a hacerlo, pero se mantienen activos, y en mayor o menor grado siguen estando vigentes.
Este código ético es interiorizado desde la infancia por los varones desde distintos ámbitos que actúan de manera coherente, pero en aspectos propios de cada uno de ellos: el familiar, el educativo, el de las relaciones entre iguales, el deportivo y el de la cultura de masas. Por mandato social, el hombre tiene que aprender a reprimir y ocultar sentimientos como la debilidad, la tristeza, el dolor, el amor, la alegría, el miedo, el placer, etc. Para construir esta personalidad el hombre “no llora”, no siente miedo, se controla y evita caer en debilidades afectivas, se domina y controla todas las necesidades, se dedica en exclusividad a la disciplina del trabajo. Además debe ser seguro y competitivo, debe conquistar un espacio para su familia, su grupo, debe proteger a su “camada”, no reconociendo debilidades de ningún tipo. Transgredir cualquiera de los preceptos sociales que le califican como “hombre de verdad”, puede suponer poner en duda su masculinidad y ser tratado como no masculino o afeminado con el carácter de inferioridad que ello conlleva. Por eso, si hay algo peor que “no ser hombre” es ser homosexual, porque esto le acercaría mucho más a ser femenino, que es la mayor categoría de inferioridad.
El modelo de masculinidad que predomina modela una serie de sentimientos y los transforma para reforzar la identidad del varón frente a cualquier atisbo de debilidad, creando otras debilidades. La tristeza y el dolor deben convertirse en fortaleza y contención. Un hombre no puede sostener siempre la tristeza o el dolor porque no sabe, el miedo le invade, pero este tampoco le está permitido. Solo le enseñaron a negar sus emociones, no a atravesarlas y permitírselas.
Además de ser verdugos de mujeres, los hombres se convirtieron en verdugos de hombres, enemigos con los que competir en la guerra por ocupar mayores lugares en la escala de dominio, ya sea económico, político o intelectual. En términos económicos, esa guerra se ha traducido en capitalismo y globalización.
Lamentablemente, la llamada “revolución feminista”, que abrió las puertas a las mujeres para integrarse de forma igualitaria en las esferas laborales e intelectuales de nuestra cultura, ha sido una revolución incompleta, solo la mitad de la verdadera revolución que la humanidad necesita para reconocerse como una unidad completa. Si bien hoy se reconoce cada vez más colectivamente en la sociedad occidental que las mujeres tienen las mismas capacidades intelectuales que los hombres y gozan hoy de sus mismos derechos, su inclusión ha sido en los términos de “lo masculino”, y el capitalismo parece exigir de ellas lo mismo que lo que exige de todos sus agentes: personas competitivas e individualistas compitiendo por el poder (donde poder equivale a acumulación de dinero y status social). Porque los valores del patriarcado ya no se limitan a los hombres, sino que impregnan todo el campo social. Los valores culturales asociados a lo femenino (afectividad, sensibilidad e intuición) aún no se han integrado en la cultura para equilibrarla positivamente, y aún el prejuicio patriarcal de lo que el hombre “es” y “debe ser” restringido en sus afectividades y sensibilidades emocionales y estéticas aún pende como un prejuicio parasitario que infecta nuestras relaciones humanas y nos impide reconocernos como seres completos.
|
|
|
|
|
|
|