---------------------Leer con discreción por que es personal--------------------------
Me esforcé durante mucho tiempo para llegar hasta donde quería.
En la preparatoria me dieron a elegir distintas carreras, de la cual me quedé con Turismo. Había administración, contabilidad (con la que previamente ya había tenido un mal rato en secundaria) entre otras.
Elegí Turismo por que venía de mucho sufrir en la secundaria, y tal vez eso que sonaba sencillo y fácil me llevaría a la calma, pensé.
Conocí personas muy buenas, tuve un grupo de amigas como no lo había tenido nunca, conocí chicos lindos, dulces, volví a interesarme por la vida, disfruté como nunca.
Terminó y me decidí por el Turismo en la universidad. Tenía las ganas, pero no la vocación, llegó un momento en que la carrera no me llenaba más, y decidí abandonarla, junto con mi mejor amiga, la cual se quedó muy triste cuando me fui y yo tambíen.
A pesar de no tener a mi mejor amiga, tenía ganas de sacarme una espina que ya se me había encajado desde que entré a la preparatoria, que era estudiar diseño. Aposté a quedarme sin nada como nunca, si no quedaba, iba a tener que dejarlo todo.
Quedé, fui elegida entre muchos. Me sentí realizada. Parecia que algo bueno iba iniciar, me dieron la primer semana, el primer mes, vaya, parecía dificil. Pero ahí, en un salón cualquiera, mi sueño había comenzado. Mi mente loca transformó todo. De pronto estaba frente a mi sueño, frente a la conjunción de todo lo que quería hacer en la vida, por primera vez, alguien hablaba mi idioma, alguien me escuchaba, me comprendía, y estimaba mi forma de pensar, no había pagado por nada de eso, no había dado más a cambio que no fuera mi alma.
Desvelos, gastos, temores, todo se fue invirtiendo para seguir, me fui mutilando de mi tiempo libre, me fui perdiendo de las horas de sueño. Y es que cuando amas algo el sueño no pesa en lo más minimo.
Descansaba muy poco. Dormía a las 3.30, despertaba a las 5.40 todos los días. No me sentía débil, me sentía realizada. Hice conexión con personas que jamás había conocido, para mi, fueron como un montón de angeles que me acogían con su dulzura infinita, con su bondad y que sinceramente me amaban, y yo, los amaba, los amaba con cada palabra, con cada sonrisa, amaba todo. Amaba estar allí, aprendiendo, escuchando. Amaba vivir.
De pronto lo perdí. De repente, cuando yo creí que lo tenia asegurado, que nada iba a cambiar, lo perdí, me tuve que retirar. No pude hacer nada para salvarme. Duré unos días en shock. Escribí un hilo donde quería suicidarme. Tomé un frasco de pastillas no recuerdo de que cosa, pero no me hizo el menor daño.
Durante días cambié mi horario y seguía levantandome a la hora acostumbrada, a veces traté de llamar a mis amigos para ponernos de acuerdo de los trabajos y tareas, hasta que me acordé que estaba fuera de todo eso, que no tenía nada que entregar.
Tenía bien marcados los reflejos de todo aquello. Pasé por pesadillas, tuve terribles sueños, duré días y días llorando. Me sentí dañada en todo, ya no amaba nada, ya no me amaba.
Mucho tiempo pasé pensando en suicidarme, pensé siempre en irme, en correr, en no dejar que nadie me viera así como estaba, rota, destruida, con verguenza, con el error marcado en mi rostro, que nadie pudiera ver la perdedora que era. La persona incapaz de proyectar sus sueños.
No sabía que hacer. ¿Y ahora que? ¿Podía seguir con mi sueño? Sí, pero no estarían los lugares, las personas, los momentos pasados no conectarían. Se quedaría al aire, siempre opacado por lo anterior.
Continué cursando en carrera técnica. Eso no es ni la mitad de lo que quería. Las personas de antes no las he visto en meses, y las extraño como si fueran parte de mi cuerpo.
Me duele cuando les veo el signo de preocupación, "yo estaría ahí para decirles esto y aquello, y para hacer esto y hacerlos reír" pero eso es imposible.
Suelo tratar de dejar de echarme la culpa de lo que pasó, puesto que hice lo más que pude, me destrocé para que nada funcionara.
Según mi hermana y mi familia, tengo que seguir adelante por que no tengo la culpa de lo que me pasó, que tengo que seguir.
Pero aún tengo sueños, aún se escurren esas deliciosas pláticas, esas ganas de conocer, de aprender de quienes estaba aprendiendo, de tener otra vez entre mis manos ese clima cálido hecho para mi especialmente, en el que tanto encajaba.
Hace unos días comenzó a dolerme menos, pero es que mi cuerpo está cansado de dolerse y pide un descanso. Comencé a sonreir un poco más, pero para matar a puñaladas este deseo que tengo de regresar a lo imposible. Cuando uno toma un puño de arena, es imposible tirarlo y tratar de recoger los mismos granos que levantaste antes.
El otro día tuve una experiencia terrible. Estaba camino a la cocina, a traves del patio abierto que tiene mi abuela en su casa, al centro del patio esta un tubo donde cae el agua de la lluvia hacia la coladera, es my grueso.
Iba atravesando el patio y no pude creer lo que vi. Era yo, me vi, a mi misma colgada del tubo, muerta, con los labios entreabiertos y el cuello marcado, me ví a mi misma ahí meciendome con los últimos movimientos de mi cuerpo a punto de quedar inerte.
Al verme no pude soportar hecharme a llorar. Acaso eso era lo que tenía que hacer para parar? Me pregunto si a alguien más le habrá pasado algo tan escabroso.
Escribo todo esto buscando un poco de consejo, si alguien conoce algo sobre el desapego, sobre sanar, sobre dejar de anhelar esos tiempos, sobre ya no querer dar la vida con tal de no sufrir y sobre borrar los recuerdos que me atormentan.
Gracias si lo leen todo, si no, de todas formas se agradece también la acogida que me han dado aqui en el foro.