A mi me pasa igual. Pero yo aún estoy peor que tú, ya que siendo gay pues imagínate lo mal que lo paso en el vestuario masculino cuando viene un tío hetero cañón en pelotas a intentar socializar conmigo o hablarme algo. Claro, yo tengo que bajar la cabeza e irme corriendo a la ducha o al wc porque me quedo lívido y con unos mareos que pa que. Lo peor, cuando estoy tranquilo en mi taquilla y justo viene un tio mojao a abrir su taquilla que está justo al lado de la mia aaghh.Y en las salas de entrenamiento igual, no puedo hablar con nadie y esquivo a todo el mundo. Pero es lo que dices, me encuentro con todo kiski. Hasta con el camarero de un restaurante que suelo ir y que esta a la otra punta de la ciudad y aparece ahi. Y mi ciudad es grande. Que pu** casualidad, y claro tienes que darle conversación por partida doble, en el gimnasio y cuando vas al restaurante. Hay un monitor que siempre tiene ganas de charla conmigo. Todos tios buenos heteros. Hoy lo he tenido que esquivar y se ha dado cuenta. Además con el esfuerzo estoy jadeando, mareado y cansado y no puedo hablar con normalidad si a eso le añades los nervios quedo como un tonto. Que yo voy alli a trabajar en serio no a pasearme. Aparte que no quiero contar mi vida a nadie. Que me dejen en paz, joer. Con lo cual debo ser el antipático tío raro del gimnasio. Me debe odiar todo el mundo.Yo lo que hago es intentar ir a horas que no hay casi nadie, al mediodia, ultima hora de la noche, y es una gozada. pero claro, no siempre se puede