Estoy pensando seriamente en sacrificar algo para curarme de este dolor de estómago. Nada vivo (por lo menos animales no, personas ya... depende quién...). Mi iPod yo creo que valdría, que tiene un gran valor sentimental. Menos mal que las navidades por fin han terminado, porque una cena de navidad más y mi estómago no lo hubiera soportado, y eso que otros años ha aguantado más, me estoy haciendo vieja...
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