Hacer el amor con el dolor mientras se muere lentamente.
Brindar para beberme la soledad entre vacío y vacío, escondido.
Llorar plástico social por las esquinas de todo este sopor.
En las cadenas de sonrisas supuestas yo veo ojos de fieras.
La última vez mis manos no tenían cinco dedos, no pude palpar
ni una pizca de verdad en esta absurda y maldita mentira.
Ahora que las fisuras calladas hacen brotar mi dulce oscuridad,
he comprendido;
mentiras,
mentiras,
mentiras...
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