No me quiero quejar, pero es una lucha contra los sentimientos no hacerlo. No quiero aportar al mundo mi basura, mi dolor. Ya he tirado todas las letras, solo guardo cuatro palabras dulces, poco más.
Cada día que pasa recuerdo más mi niñez, ahora no entiendo porque necesito ir hacia atrás, además hace años que no viajo al pasado; qué se yo!, será que la vida es una mierda. Quizás quiero ser aquel niño que corría entre los árboles, que daba saltos en la hierva de las padreras como un pequeño potro salvaje, y siempre con una sonrisa.
Me doy cuenta con todo esto que mi percepción del mundo es totalmente distinta, siempre me frena el que dirán, si me diera la gana podría saltar, cantar, o incluso y tristemente reír, no tengo suficiente valor para reír delante de nadie, incluso eso me supera. Cada asociación que hago con cada persona es solo para hacerme daño, para limitarme más, y más, no sé porque mi cabeza etiqueta de esta forma, es una mierda todo.
Espero un día romperme ya del todo para comenzar el camino inverso, pasar del mundo, de lo que digan los demás, de como me hacen sentir. Qué mi mente se parta y romper cada condicionamiento para vivir de verdad, sin el más mínimo miedo a nada, ni nadie.
Perdonar que me queje tanto, será la soledad y que necesito soltar peso.
Abrazos
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