Jolín, hay una farmacia aquí al lado a la que temo ir porque una de las farmacéuticas te interroga hasta para comprar bicarbonato, con la intención de darte un sucedáneo lo menos genérico posible para clavártela. Resulta embarazoso tener que explicar para qué lo quieres y tener que decir "no" a sus propuestas. Supongo que con eso pretende ganarse el beneplácito de la dueña, que va de despistada y es sin duda la artífice de esas artimañas tan poco elegantes y descaradas; tareas que prefiere confiar a sus vasallas.
Lo que daría por presenciar una escena en la que un cliente compre gomitas...
Última edición por Auto-Obstáculo; 01-jul-2013 a las 19:01.