Doble pupila rebrilla en sus ojos claros, dos punzadas de oscuridad compartiendo el mismo iris de alejandrita. Su pelo oscuro y espeso bajo la lluvia parece entretejido de negros viboreznos. La voz, susurrante, es como el aullido del lobo, el silbido de la sierpe y el ululato del búho. Al atardecer ordeña la leche de su escoba y cultiva calabazas en el fuego de la chimenea. Cuando danza en el bosque la luna y las estrellas lloran sangre.
¡Llamen ahora si quieren conocer a esta maravillosa chica! ¡Busca un marido que sea cariñoso y divertido, y que esté dispuesto a donar un poco de sangre para rituales paganos!
"Me gustan los chicos tímidos y sensibles", afirma ella mientras monda una manzana agusanada.
¡Cientos de hombres han encontrado un filtro de amor en su sopa! ¿Por qué tú no?