Tengo un dolor en la garganta muy incómodo y mi hermana me dice: Di lo que tengas que decir, tqm.
Ahora yo reacciono y digo, lo que tenía que decir, no lo diré por que no quiera emitirlo de mi boca ni por que esté provocando ese dolor, no lo diré por que a quien se lo tengo que decir no merece tal elogio, tal sinceridad, tal apertura de mis sentidos, es como arrodillarse a merced de un asesino con una espada.
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