En primer lugar, mi querida madre no me pone macarrones con salsa. Buen intento, no obstante.
Lo cierto es que no entraba dentro de mi intención juzgarte. Es el juzgar lo que nos derrota, diría Marlon Brando en Apocalypse Now. También añadiría The horror, the horror, aunque no viene al caso. Me caes bien, Thomas. ¿Por qué iba yo a atacarte? No, mis mensajes socarrones son fruto de mi aburrimiento. Luego, sé de antemano que el lenguaje que me gasto es algo deplorable. Pero ocurre que no puedo escribir de otra forma. Es cómico porque me malinterpretas y parloteas acerca de juicios que hago sobre tu vida pero a la par tratas de ofenderme mediante juicios parejos. Por eso permíteme recordarte que, en mi vida virtual, por muy desdeñable que pueda parecer, interpreto un personaje de pura fraudulencia y afectación. Así que, por si acaso, no intentes vincular mi papel aquí con mi a buen seguro odiosa personalidad. En absoluto te tengo manía, Thomas. ¿Por qué iba a odiarte, Thomas, si en el fondo eres una **** proyección virtual de una persona a la que no voy a ver en mi vida? Es ilógico. En cualquier caso, creo que actúas bien al abandonar el foro. Me parece que esa decisión constituirá un paso importante en tu vida. Te deseo toda la suerte del mundo. Nada más que disir.
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