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Iniciado por Danimotero
Downloading dead space 3... esta tarde lo puse a bajar casualmente
aunque tengo un par a medias antes estoy con el dishonored, tenía buena pinta pero a la larga creo que me está aburriendo un poquillo, los poderes hacen las cosas extremadamente fáciles, demasiado
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Sigilo, amigo motero, sigilo. Rayser también te lo recalcará... No es tan fácil hacer un trabajito limpio.
Sobre el comentario de Antennaria...no te falta razón, el Dead Space 1 es el único con la ambientación opresiva, solitaria y tenebrosa necesaria para un juego "survival horror" de 3 estrellas. Desde "System Shock 2" lo mejorcito en el género.
Querer explicar demasiadas cosas o tratar de trasladar la aventura a otros entornos, sin embargo, no es incompatible con que sea o no un juego interesante, con una dificultad más que aceptable (ciertos "cuellos de botella" como las "trampucias" de XXX), una más que conseguida ambientación en gravedad 0, ruidos inquietantes y toda la parafernalia necesaria para pasar miedito del bueno.
En mi opinión, el terror de estos juegos nace de las amenazas veladas, de la sutileza de un ruido sin identificar, de unas luces intermitentes, de la privación de recursos (oxígeno, munición o vida) necesarios para continuar vivos. La soledad, la traición, la deshumanización, la locura, la violencia, son ingredientes fundamentales. Otro juego reciente de terror en los mismos términos y con una buena historia que contar (tanto como puede hacerse en un videojuego) es Alan Wake (más reciente en PC que en consola, claro).
La diferencia entre el Dead Space y esta tercera parte es que en este último, aparte del hecho de contar con el juego cooperativo, existen demasiados personajes vivos que acompañan a Isaac en su aventura, lo cual desluce uno de los factores más importantes del terror... la soledad. Las películas y los videojuegos clásicos de terror en el espacio (SS2, Doom - Alien, 2001) suelen poseer el factor común del protagonista luchando solo en un lugar remoto contra un enemigo retorcido, poderoso y omnipresente que trata de machacarlo sin piedad. Y esas historias jugadas solo en casa, por la madrugada, con las persianas bajadas y el volumen alto, desde luego que causan impresión.