Cuando sólo le puedes hablar a la pared tus penas, cuando ves que el resto está contento, y por lo menos tienen a alguien que les haga caso, cuando quisieran decir tantas cosas, expresarse, compartir y se dan cuenta que no hay con quién...
Pues recién ahí te das cuenta que la soledad no es tan buena compañera como solías pensar al principio.
"Si es que algún día logran tener por lo menos un (a) amigo (a), pero lo que es un (a) verdadero (a) amigo (a), entonces cuídenlo (a) y no pierdan esa "amistad"...