18 de agosto, las vacaciones se acaban, las recuperaciones se acercan y ya empiezo a ponerme ansiosa y depresiva por volver a empezar. Mi futuro pende de un hilo ¿lograré recuperar? Pero... ¿Para qué malgastar el tiempo pensando en todo esto? Mejor actuaba y que pase lo que haya de pasar.
Estoy haciendo demasiados cambios en mi vida, ¿será esto bueno? Quizá debería centrarme en una cosa y no en tantos proyectos, sin embargo, así, al menos, hago algo y tengo metas, algo que conseguir y por lo que luchar. Oh dios mío, ¿cuánto tiempo a pasado desde que he estado tan bien? Hay muchas cosas mías que no me gustan, algunas en las que yo no he podido decidir, pero en mi mano está poner más esfuerzo y tratar de cambiarlas, constancia, constancia, constancia y ánimos, ¡Hay que parar los pensamientos negativos, cortarlos de raíz! Y si ves que te superan, acuéstate en la cama a reflexionar, siempre viene bien refugiarnos en nuestra imaginación y desahogar. ¡Oh no, ya vuelvo a hablar conmigo misma! En fin, echaba de menos un tema como este
. Ahora, ¡a actuar!
Pero a quién voy a engañar, me muero de miedo por dentro, pero no hay opción, mañana como una campeona te enfrentarás a tu miedo y ganarás, porque el solo echo de acudir ya es todo un logro. No hagas mucho caso a tus paranoias, que seguro que no es tan malo como piensas, además te vendrá bien correr un poco. Y recuerda, el valiente no es aquel que no tiene miedos, si no el que se enfrenta a ellos