Por lo visto se armó una mezcla tal que se acabó perdiendo de vista el eje de la discusión: De alguna manera terminamos hablando de la génesis de las ideas cuando lo que ponías en duda era mi afirmación de que "podemos
manejar lo que pensamos". Digo que se nos perdió el hilo porque evidentemente...
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Iniciado por Pájaro sin nido
Oh, pero yo no he negado el libre albedrío, sólo lo he acotado a una serie de condiciones con ánimo de sugerir una respuesta a las siguientes preguntas.
Condiciones que, por cierto, tú mismo pareces aceptar
Sí, sí. Puedes imaginar todos los perros verdes que quieras, y [...]
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...estamos de acuerdo: Manejamos (conducimos, gobernamos, barajamos el mazo de cartas de) nuestros pensamientos. ¿Quién habló del proceso de generación de los propios pensamientos? Sin duda, yo no creé los conceptos "elefante" ni "color rosa", simplemente los manipulo (manejo) a mi antojo (con mi parte consciente y etc. etc., dicho ya antes). Si no recibiéramos estímulos por parte del mundo exterior, no creo que pudiéramos contar con ninguna idea en nuestra mente (ahora es donde toca imaginar a un ser humano naciendo sin ningún sentido, completamente aislado del exterior, y preguntarse... ¿pensará
algo? Seguramente su mente no albergue más que un silencio sepulcral).
Así que no debería tratarse esa cuestión como parte del debate.
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Iniciado por Pájaro sin nido
Pero hete aquí que con las emociones el problema es el mismo: ¿Acaso podemos elegir lo que sentimos? Podemos elegir ser honestos porque forma parte de nuestra mano de cartas, ¿pero acaso podemos optar por sentir bienestar cuando somos honestos? Podemos elegir pintar un cuadro, ¿pero podemos elegir ser felices haciéndolo? ¿Podemos elegir disfrutar de una canción, querer a alguien, sentir compasión o no estar asustados? Nope. En todo caso podemos elegir escuchar y elogiar una canción que no nos gusta, beneficiar a alguien a quien no queremos o por quien no sentimos compasión o actuar a pesar de estar asustados (podemos, con la condición de que haya detrás una idea que nos anime a hacerlo (idea que por supuesto no hemos comprado voluntariamente en el supermercado de las ideas y que también tiene un sustento emocional previo)). Podemos elegir escuchar una canción mil veces con la esperanza de que al final acabe gustándonos, podemos devorar libros de autoayuda por si entre sus páginas hallamos el bálsamo de fierabrás, podemos quedarnos muy cerca de alguien para ver si la fuerza de la costumbre o las vivencias compartidas despiertan nuestro afecto.
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No sé cuándo habré dicho yo que podemos elegir lo que sentimos. Por las dudas doy mi opinión xD: no, no lo creo. Lo que sí creo es que las ideas condicionan a los sentimientos; con las únicas excepciones del llamado (y cuestionable) "instinto" y de la influencia que las emociones tienen a su vez sobre las ideas, sobretodo a nivel inconsciente.
Tratando de ser breve y gráfico: La conexión de un individuo con el mundo que le rodea tiene tres etapas:
1) La percepción de ese mundo por parte de su sistema sensorial.
2) La interpretación que hace del mismo a través de sus facultades cognoscitivas (entendimiento, ya sea dado de forma consciente o inconsciente).
3) La respuesta emocional hacia lo que entiende que el mundo es.
No es cuestión de "esperanzas" en que tal o cual idea nos lleve a mejores y más útiles sentimientos. Detrás de toda manifestación emocional hay una interpretación que la desencadena (siendo esta muchísimo más a menudo inconsciente que consciente, claro está). Hasta algo tan elemental como el temor y la tristeza por la muerte es compresible como la consecuencia de interpretar a la muerte como algo horrible e indeseable. Los motivos son, supongo, evidentes para cualquiera: significa ausencia perpetua del que muere, incertidumbre sobre su destino, una imagen espantosa de deterioro y putrefacción. Sin embargo, hay quienes anhelan la muerte pese a todo eso, y ocurre tan solo porque su interpretación de la misma es diferente: Si la muerte es entendida como paz, descanso y libertad, el sentimiento de temor y angustia que genera puede desaparecer por completo y transformarse en otro muy diferente. Sin caer en tal extremo, la muerte podría ser entendida como algo natural e irremediable, algo que debe aceptarse y respetarse. Hay para quienes, según su interpretación, la muerte es un designio de una divinidad perfectamente buena y noble. En cada caso, las respuestas emocionales varían, y... ¿es ese proceso interpretativo que las condiciona tan ajeno al ejercicio de la voluntad?
Todo lo que pueda decir de acá en adelante puede ser tildado como "contenido de autoayuda", y es que la llamada "autoayuda" es muy posible. De hecho, a fin de cuentas no puede ayudarse sino uno mismo (aceptando y no rechazando la ayuda ajena, en última instancia).
Volvamos a la escena del fóbico que va a comprar el pan: Es por demás de obvio que esas personas que le miran y se le ríen están actuando censurablemente (¿es eso a lo que creías que apuntaba? lol. Aunque es verdad que alguien muy deteriorado pueda llegar incluso a dudarlo y atribuirse él las culpas), pero esa no es la lectura (interpretación) que condiciona al sujeto a la infelicidad: Lo es el que él considere relevantes esas actitudes en esas personas puntuales, exponiendo en seguida su autoimagen a ser machacada por el desprecio de completos extraños y de forma completamente injustificada. ¿Es cuestión de suerte y esperanza que, un maravilloso día, a nuestro fóbico se le despierte un destello en la cabeza y pum, se genere el vínculo entre la idea de que no debería darle ningún crédito al rechazo de unos cretinos y sus emociones, para desarrollar así algo de autoestima y confianza? No lo creo, más bien atribuyo la dificultad para lograr tal cambio al hábito y arraigamiento de sistemas de interpretación aprendidos desde hace mucho tiempo y de formas traumáticas (todo eso de que hay años de la niñez en que los estímulos que se reciben son cruciales y determinantes para el desarrollo de la personalidad: Un niño está recibiendo por primera vez lecciones acerca de cómo debe interpretar el mundo, por tanto todo lo que aprenda será difícil de desarraigar más adelante, mientras más tiempo pase).
Toda respuesta emocional que se da sin una interpretación subyacente, debería ser considerada (aventuro desde mis inmaduras impresiones e ignorancia actuales, claro está) síntoma de un desequilibrio mental. Ahí entraríamos en la fisiología del cerebro, patologías todas de explicación neurológica, supongo. La depresión que debe ser medicada, la falta de litio, tumores, etc.
Otro asunto complejo es el de la excepción de los "instintos": ¿Qué hace que nos guste un sabor y no otro, o una música y no otra? Considerar a un sabor desagradable puede venir determinado genéticamente, como (permitime divagar) quizá lo sería el rechazo al gusto agrio por ser naturalmente hallado en bayas y frutos venenosos. De todas formas... ¿un sabor desagradable es una "respuesta emocional"? Lo dudo, en todo caso la respuesta emocional vendría a partir de cómo se interprete esa particular exposición al gusto desagradable. Y sobre la música... ¿de verdad habrá algo mágico-caprichoso-caótico que determina azarosamente qué clases de música nos provoca placer y cuáles no?... No puedo evitar meter a la "interpretación" en todo, lo lamento xD.
La moral es otro asunto complejo: ¿Y si, desde la cuna, nos hubieran enseñado nuestros padres y nuestra comunidad que, por ejemplo, la esclavitud es correcta? ¿o el sacrificar niños a algún dios de la Edad de Bronce? ¿Existirá tal cosa como una "moral universal", o siempre es culturalmente determinada? Yo diría que la historia de la humanidad nos muestra bastante de lo segundo.
Véase como no se puede obviar el punto 2 de la fórmula ni siquiera apelando a sensaciones desagradables que deberían enlazarse directamente con reacciones emocionales, como el dolor físico->angustia. ¡Existe el masoquismo, ligado incluso al disfrute sexual!
Reflexionar sobre estas cosas me obliga a admirar el enorme poder de la mente. Ese es mi punto: las interpretaciones que hacemos de la realidad pueden ser "manejadas" a voluntad en gran medida. Es difícil en muchos casos, sin duda, pero posible; y con ello es posible lo siguiente: controlar indirectamente, mediante nuestra interpretación de la realidad, las respuestas emocionales de carácter involuntario.
En pocas palabras: está teóricamente en nuestras manos
hacernos felices, independientemente de cualquier circunstancia externa (previo chequeo con su neurólogo de confianza).
¿Qué esperabas de un
filoestoico?
Cita:
Iniciado por Pájaro sin nido
La existencia de los psicólogos sugiere lo contrario XD.
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Es curioso: en mi anterior mensaje, casi estuve por expresar ese mismo razonamiento xD. Lo hice indirectamente, mencionando la terapia "cognitivo-conductual" y mi experiencia con ella. Los psicólogos, como yo lo veo, deberían encargarse de justamente eso: enseñar a sus pacientes a tomar un poco más de consciencia (para luego, control) de sus formas de interpretar el mundo en el que viven.
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Dije en algún momento que pretendía ser "breve", ¿no? Qué payaso
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