Cita:
Iniciado por Gusanos
Hacer un test llamado "qué princesa disney eres" para que te cuenten lo tierna y mona que eres y que te salga la más cabrona... oye, qué :c
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Oh, pues yo también lo he hecho y me ha salido Jasmine
. La verdad es que me mola su
Mil y una noches style. Creo que le voy a copiar el peinado.
Por cierto, ¿nadie se ha dado cuenta de que el tampax pearl es tan suave que es imposible ponérselo de lo que resbala el hijo p*ta?
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Y ahora os describiré al improbable moscatel con quien me ha tocado trabajar este curso. Lo llamaré Mr. H.
Mr. H es un personaje desconcertante. La única palabra que puede definir su aspecto y hacerle justicia es "sucio". Viene a clase engalanado con camisetas moteadas de grasa o con lamparones de tomate que restallar sobre la tela blanca, ya de por sí bastante oscurecida por el sudor que resbala de su orondo cuerpo. La grasa empalaga su cuero cabelludo y sus uñas, varios milímetros más largas de lo normal, resguardan montones de alguna sustancia negra alquitranada donde podrían estar digievolucionando todo tipo de microorganismos que ni el más egregio catedrático de la facultad de biología podría cultivar. Además, huele a estar cociéndose en su propio jugo y padece halitosis, de modo que cada vez que abre la boca expele una vaharada de
parfum corrosivo.
Lo más extraño de todo es que esta dejadez en la higiene personal no está asociada con un patrón depresivo o de aislamiento. ¡Al contrario! Es un tipo superextrovertido y hablador que no cierra el pico ni debajo del agua. Le gusta la charla insustancial y el chismorreo universitario (que si tal profesor hizo esto, que si el proyector de tal aula no funciona...), por lo que parece un poco decepcionado con mi pasividad en el diálogo.
Quizás un inexistente nivel adquisitivo o la indigencia podrían explicar la roñosa vida del zanguango, pero no es el caso, puesto que posee un coche y un móvil y una Tablet de última generación.
A pesar de sus efluvios, y como tengo poco sentido del olfato en general (mi madre quemó con mercromina algunas de las terminaciones nerviosas de mi nariz cuando era chiquitín), lo prefiero a él que al tercer miembro del grupo, un cani poligonero cuya cara está constantemente abotagada por la misma expresión de somnolencia, como si acabara de chutarse mierdas muy chungas. Sus ojos de pescado muerto te miran con el párpado superior medio caído, empanados, y la boca se le queda entreabierta en un vago gesto que parece decir "Uuhuh"... Una vez intentó conversar conmigo; dijo en tono macilento: "mañana hay prácticas, ¿verdad?", a lo que le contesté que sí, y él: "j*der, p*ta mierda de las prácticas".
Ambos sacaron cincos pelados en la práctica individual y ahora están sacando ochos y nueves porque un servidor les está haciendo todo el trabajo... Lo cual demuestra la calidad del sistema educativo. El resto de compañeros que he tenido en otras asignaturas estaban más o menos bien: la chica macarra de los piercing, el indie barbudo al que todo le parecía bien, la chibi experta en
power points y la zagala que no vocalizaba bien porque se le escapaba el aire entre los dientes adorablemente.