Me pasé toda la tarde en casa encerrado, escuchando música y viendo películas. Me bañé, me pasé un buen rato frente al espejo y la luz del baño emparejandome la barba.
Por la tarde salí afuera a abrir el portón de la cochera y entrar a mis perros.
Mis ojos aburridos de la luz artificial se quedaron pasmados con un bonito atardecer, combinaba el naranja con el rosado, con ese azul pálido... increíble.
Y me dí un asco increíble por ser tan antinatural, por haber caído en la trampa de la vida moderna. Algún findesemana que mis amigos y yo estemos libres voy a proponer ir a acampar, pescar, algo al aire libre, claro, si hace buen tiempo. Extraño el olor a pasto.
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