Cita:
Me he tirado medio verano leyendo libros de autoayuda e inteligencia emocional. Tuve una especie de revelación de que todos los problemas que tenía eran fácilmente curables porque están en mi cabeza. Sólo había que cambiar los pensamientos negativos, como me dijo la psicóloga, tener pensamientos alternativos a los que me provocaban ese malestar. Pero la realidad es que cuando me entra la depre yo misma saboteo mi felicidad. No salgo de casa, escucho música deprimente, leo historias tristes,... No sé cambiar los pensamientos negativos, por más que lo intento, aunque también tengo que reconocer que no lo he intentado mucho porque cuando me digo a mí misma cosas positivas siempre está por lo bajini esa voz que me dice que yo no valgo una mierda, que todo saldrá mal y que jamás seré feliz. No soy capaz de quitar esa voz de mi cabeza y pronto me he rendido y he comprendido que yo jamás tendré inteligencia emocional ni habilidades sociales.
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Yo nunca he creido en una lucha artificial para combatir la tristeza, de hecho me resulta más placentero escuchar música triste que acompañe mi estado emocional que ponerme algo alegre.
Cuando he estado bien, no es porque los pensamientos negativos no estuvieran al acecho o estuviera en mejor situación personal, sino porque no tenía tiempo para ellos, tenía cosas más interesantes en la cabeza, motivaciones, ilusiones... tenía la cabeza trabajando duro por algo que estaba disfrutando, no se decirlo de otra forma.
Simplemente no cabían los pensamientos negativos.
La oscuridad sólo aparece en ausencia de luz, pretender ver, estando a oscuras, me parece destinar los esfuerzos en una dirección erronea.
No es sólo pensar en cosas positivas, asi porque si como dice tu psicóloga, poniendote a ver videos de gatitos, tiene que haber un motivo real que te lleve a esos pensamientos positivos, algo que los provoque sin que sea forzado.
No hace falta que sea encontrar al amor de tu vida, puede ser engancharte a una serie, decorar tu casa o frotarte las manos pensando en el viaje que tienes planeado.
Y si no encuentras nada y sientes ese agónico vacío, un remedio casero que creo que comenté aqui hace tiempo es tomar alimentos ricos en triptófano, un antidepresivo natural, también para la ansiedad, la mejor combinación que encontré en cantidad y requisitos de absorción es en el chocolate con leche y almendras y añades nueces.
Cuando tengo un bajón lo tomo, y ya sea por su efecto real o placebo, con eso voy tirando, cuando no tengo fuerza ni para bajar a correr, que es mi otro pequeño remedio.
Además siempre te quedará el consuelo de que quieras o no, y sin ningun motivo aparente, puede que mañana te despiertes de muy buen humor, caprichos de los estados emocionales.