El profesor comenzó esa especie de discurso que había ido preparando con los años, cada frase surgía aproximadamente de la anterior con una voz monótona:
<<Sé que habéis estado cotilleando acerca de este caso, todos los años los estudiantes habláis de ello, pero tened cuidado con vuestra curiosidad, como futuros psiquiatras deberíais saber que no siempre es sana. A poco que hayáis oído hablar del caso y su controversia sabréis que no os conviene obsesionaros con ella: Si, por fin conoceréis a esa mujer, Tadra. Como sabéis, ha costado la vida de al menos 23 hombres y 12 mujeres que se sepa. Y dos de ellos, han sido psiquiatras. Ha causado daños posiblemente a muchos más, el más famoso, por hemorragia cerebral en medio del sexo.
Sin embargo antes, quiero presentaros a otro paciente, una de sus “víctimas” si es que se las puede llamar así, otro al que consumió la obsesión. Este que tenéis delante se llama Pator, fue pieza clave en el juicio que fue tan mediático en su día, por ser el único que quiso testificar contra ella, después de eso se fue “apagando” poco a poco. En eso no es muy diferente de muchos de los pacientes que habéis visto hasta ahora, se pasa los días mirando una pared, posiblemente rememorando aquellos días. Fue un reportero famoso en el pasado por su cabeza serena y al mismo tiempo pasional, producía los mejores artículos, sabía encontrar pistas donde nadie más y colaboró con la policía en un par de casos, pero ya apenas queda algo de él, aun así que sepamos, es el que mejor parado salió.
Una vez al año, traigo a los estudiantes a verle… y aunque haya perdido casi toda su mente, digamos que aún le queda algo de su viejo olfato, sabe que es por ella, que tal vez la verán a ella, es lo único que lo despierta. Carece de motivación, algo necesario para toda actividad humana, no hablará buscando ninguna clase de comprensión, no quiere nada de este mundo, sin embargo, hablar de ella consigue al menos que diga algunas cosas que casi parecen memorizadas y las dice con suficiente lucidez.>>
Los estudiantes lo miran, alguno con una pequeña libreta en la mano, especialmente los hombres tienen curiosidad, pero también son los que tienen más ganas de terminar con eso para por fin ir a ver a la famosa Tadra, de la que no hay ninguna imagen en los medios, aunque se dice que es de una gran belleza.
El profesor se dirige a Pator, inevitablemente tiene cierto aire de petulancia, como quien exhibe una obra de arte aunque no sea suya. Aunque leve, tiene una traza más de presentador en un circo que de psiquiatra, al preguntar para dar a sus alumnos lo que quieren ¿qué puedes contarnos de Tadra?
El tipo levanta lentamente la mirada del suelo, sus ojos están semicerrados, parece sedado aunque no lo esté, su mirada pasa con parsimonia de uno a otro de los rostros de los estudiantes, tal vez buscándola. Aun dan la imagen de estar escudriñando realmente alrededor, de ser el reportero que fue en otro tiempo. Cuando comienza a hablar, su voz, inesperadamente diáfana, capta la atención de todos los estudiantes:
<<Sus palabras te hacen sentir cosas que llegan a una escala que no te atreves ni a desear, su voz se sigue escuchando cuando deja de hablar. Es como si te conociese mejor que tú mismo, como si pudiese anticiparse a cualquier pensamiento y al mismo tiempo aceptase plenamente y completase todas esas cosas que no te atreves a decir en voz alta. Sea lo que sea lo que llevas buscando toda la vida, ella lo capta y lo muestra.
Pero su sonrisa nunca es suficientemente amplia, se siente como si exigiese de ti más valentía, más entrega, como si quisiese sacar lo mejor de ti a la luz. Pero nunca es suficiente. Ella desea infligirte horribles torturas y si no tienes cuidado, terminas deseando que te las inflija.
Pero al mismo sus ojos, muestran una sed, un deseo superior al que hayas visto nunca. Y una conexión… es imposible dejar de mirarlos y cuando aparta la mirada, es como si te quitase un trocito importante de tu vida, como si te faltase algo y una parte de ti se quedase con ella igual que una parte suya se quedó contigo, sus ojos, sus ojos, sus ojos…>>
Cuando se queda pronunciando eso una y otra vez, casi todos los alumnos sienten algo de lástima, aunque algunos sienten aun más curiosidad por verla. El profesor pregunta de nuevo ¿cómo caza? El tono de Pator cambia y vuelve a ser el de un periodista, como si olvidase lo que acabase de decir, como si fuese un registro al que acceder.
<<La víctima se ve atraída por el rastro que va dejando, nunca queda claro si ella ha sido la culpable real o simplemente son enamorados a los que ella no correspondió, cada uno de ellos en sus últimos momentos no puede hablar de otra cosa, extienden información acerca de ella antes de morir, la mayoría la defienden, son incapaces de sentir su propio dolor, su felicidad ya no depende en absoluto de lo que les pase a ellos. Se culpan a si mismos y al mundo.
Algunas de las futuras víctimas se sienten atraídas por tanto “poder”, esos caen rápido.
Cuando una nueva persona la conoce, ella no parece para nada lo que realmente es, habla con naturalidad, aunque lentamente se te va metiendo dentro, cada vez que la ves para intentar desentrañar el misterio, este sigue sin resolver, pero llegas a casa más obsesionado con resolverlo y eventualmente el misterio te da igual y pasas a estar obsesionado con simplemente ir a verla.
Entonces cada día parece exigir más de ti, sin embargo nada que te puedas demostrar a ti mismo a esas alturas, piensas que tal vez todo lo que pasa es que deseas granjearte más su admiración, el problema es tuyo, porque ella nunca ha pedido realmente nada, simplemente aparta la mirada o no sonríe.
Cuando estás completamente atrapado y sientes una conexión con ella como no la habías sentido con nadie más, una conexión que sientes que necesitas, que te ha “despertado” y mostrado cosas de ti mismo que no recordabas desde la niñez, entonces comienza a hablar, a pedirte cosas, sacrificios. Tú ya no ves lo que está pasando, solo te importa conservar esa conexión que siempre parece próxima a romperse, o ganarte que sea en ambos sentidos, o que ella sea feliz, demostrar que confías, ella demanda confianza. Sus gestos prometen entrega.
Los sacrificios van creciendo, te convierte en una marioneta, el último sacrificio es tu propia vida. Yo lo grabé sin querer. Creía que ella quería lo mejor de mí, yo soy reportero, pero en el juicio sus ojos… sus ojos…>>
HE DECIDIDO IRME DEL FORO, SIGUIENDO LA RECOMENDACIÓN DE NO, NO DARÉ MIS MOTIVOS, PERO NO ME SIENTA BIEN ESTAR POR AQUÍ, ASÍ QUE BYE