Levantarse con sueño después de haber pasado 10 horas en la cama, mientras que el recuerdo de lo que se sentía despertarse completamente renovado de un descanso nocturno, del estado de completa lucidez y ausencia total de somnolencia se torna cada vez más difuso... Qué diver
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Si hay algo que me fastidia soberanamente, es la presión a la socialización con los vendedores de los mercados de barrio. Ir a comprar verduras, carne, pan... Todavía no sé escapar a esa incomodidad de percibir que se está esperando de uno el participar o dar lugar a un diálogo trivial del tipo "qué tiempo hace, cómo salió Boca, etc.", de que se está a su vez incomodando al otro/dando una impresión de antipatía por no hacerlo. A veces me sale, otras veces la verdad es que ruego por que no se me fastidie con ninguna palabra más que las respuestas a "cuánto es" y "gracias". Esto es una evidencia de que todavía necesito progresar en despojarme de la preocupación por el juicio ajeno, aunque existe esa cuestión de fondo de que tampoco me satisface adoptar la postura de un huraño indiferente. Quiero hablar cuando se me da la gana, ser simpático cuando se me da la gana... Claro, no se puede esperar que la gente entienda y acepte tal histrionismo
Esa es la razón por la que detesto tanto hacer compras, ojalá viviera más cerca de un supermercado de los grandes, en los que casi no hay interacción más allá de con la/el cajera/o.
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