Ya sé qué es.
Entiendo que no quiera hablar en algunas ocasiones o que prefiera hacerlo con alguien más, pero, entonces, ¿por qué me dice que puedo contar con ella, que le hable de "mis cosas", que le gusta saber "de mí"? Esa contrariedad (no sé cómo más llamarla) es lo que me deja un sinsabor, incluso, de algún modo, me hace sentir
mal. Es como si sólo dijese esas cosas por decirlas, sin creer en ellas o, quizá, como si después se arrepintiera.
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Pienso en el viaje a G. y no puedo evitar recordar lo bueno que fue. Me quedo corto en expresar cuán agradable fue. Y, siendo sincero, me gustaría que,
simplemente, hubiese sido más largo, tal vez "para siempre"...