Dios, ¿que le digo? Le debo unas cervezas desde hace... bufff, meses, aunque su agenda social está bastante completa así que tampoco me ha dicho nada ni me ha agobiado, y ahora quiero quedar con él y por la medicación no puedo tomar cervezas. Bueeeno, Omega, no es el fin del mundo, si él es un deportista, de estos que no puede dejar el deporte ni un solo día, no creo que tome cerveza a diario ni se lo tome a mal, pero vaya gilipollez, si no dejo la medicación unos días... Y que me pongo, y que le digo... Ais. Es un viejo amigo, Omega, no puedes perder nada... Bueno, sí, una amistad que nació desde que éramos bebés y que pasábamos absolutamente todos los veranos juntos hasta los ¿14 años?... Pero que total, con el tiempo que no os veis ya has perdido... Venga Omega... A jugar. No hay nada que perder ya. Desde luego, con miedos irracionales no se va a ninguna parte, como diría Santi Balmes las mierdas fuera.
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