Quiero mucho a mi madre como para arruinarle ese concepto, por más mierda que haya, voy a soportar.
Me lleno de pena pensar cuando fue que empezó, desde que momento inició todo esto, cuando dejé de ser santa para convertirme en una cosa espantosa que te produjera todo eso.
Católicos dirán que todo es bien simple, que es el demonio en persona, que es la brujería, que son los espíritus, entre otras cosas. ¿Podemos ser tan imbéciles como para suponer que no hay maldad humana? Suponer que siempre hay un tercero allí, que hay algo extra, que la persona no es quien es, sino un demonio. Es fácil. Pero no lo quiero hacer, prefiero el pensamiento crudo, ese que me dice que así ha sido siempre, pero siempre fui muy inocente. Ese que me hace llorar a veces por las noches con miedo, que me provoca pesadillas de sólo imaginar el pasado del que no era consciente.
¿Sabes? Es injusto que me sienta así, a mi me gusta ser quién soy, en serio, no reniego de ser mujer. pero me haces sentir como si fuera una mierda a la que se le puede burlar y faltar en cada momento. Comienzo a comprender el odio, comienzo a sentirlo y a justificarlo.
No puede haber nada peor que mates el amor de mi corazón puro, todo los sentimientos ingenuos e infantiles, le has clavado una flecha a mi corazón de niña, y eso no te lo perdono.