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15-jul-2017
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Hace tiempo que dejé el foro, tanto que ya ni recuerdo mi clave, creí que ya nunca volvería por aquí y que mi vida había cambiado para siempre. Conocí a una chica en un foro de literatura a la que le gustaban casi las mismas cosas que a mi y después de unos mensajes privados comenzamos a chatear y descubrí que no sólo me encantaba su forma de pensar, también que era más hermosa de lo que me hubiera contentado... traté de ir de a poco para no cometer errores y mi paciencia obtuvo resultados.
Nos conocimos en persona, nos enamoramos, comenzamos a salir y sentí como todo lo que antes me parecía difícil, ahora bajo el influjo de una pasión como nunca antes había experimentado, era un juego, todos los desafíos que se me presentaban los superaba con facilidad y sin esfuerzo, todo eran oportunidades y yo, alguien fuerte y seguro como nunca imaginé que podía llegar a ser.
Ella era la causa del cambio y de mi prosperidad, aquél inseguro que siempre parecía estar pidiendo permiso para ir detrás de mis objetivos profesionales, de pronto había mutado en alguien decidido, pujante, y, debo confesar ahora, algunas veces despiadado.
Es que ahora no luchaba sólo para mi, ahora había encontrado mi ideal y valía la pema luchar encarnizadamente como quien lucha por su patria o por su fe y es además un fanático. Ya no tenía tiempo para los pocos amigos de siempre, tenía reuniones importantes. Tomé en menos de dos años las riendas de la empresa familiar, y mi abuelo –mi padre había fallecido- sintió que por fin se podía retirar, estaba exultante de mi nueva personalidad y puso todo de sí para que pudiera casarme con la causante de mi transformación. El colaboró para que pudiera adquirir la casa que él creía que era la de mis sueños, aunque en realidad era la de los sueños de ella que para mi era lo mismo, porque mi sueño era cumplir los de ella, como le prometí desde el inicio de nuestra relación.
Nos casamos con una fiesta por todo lo alto y me sentía feliz de que ella se sintiera orgullosa de mi y disfrutara de la posición que merecía. Si, así me sentía yo. Recuerdo el día que de rodillas le juré que iba a ser muy feliz de mantenerla, servirla y complacerla como a una reina. Y que me pusiera a prueba si lo creía necesario. Ella estaba sentada con una media sonrisa que me enloqueció siempre y jugaba con su zapatito blanco en la punta de los dedos de su pié balanceándolo como jugaba y me balanceaba a mí. Y de pronto, sin que se notara, lo dejó caer al suelo y se quedó inconmovible como si me dijera: qué estás esperando. Cuanta locura se apoderó de mi, cuanta devoción si se quiere, y aunque algunos no puedan entenderme alcancé la cima de mi felicidad, cuando después de tomar su diminuta joyita con toda la suavidad que soy capaz, le calcé primero el más tierno de los besos y después otro y otro más y cuando la miré, ella estaba sonriendo a pleno y me dijo que yo sabía contentar a una chica como ella. Lo sentí como un pacto eterno, y estaba muy orgulloso de ello.
En total mi felicidad duró cuatro años, y ocho meses y medio. Un día, después de asistir con mi esposa a una fiesta organizada en la impresionante casa por el dueño de la más poderosa empresa de mi sector y con presencia en nueve países más, fuimos invitados a dar un paseo en yate por el dueño de casa, el próximo fin de semana. Un rato después, el me tomó del hombro y me dijo que era una invitación personal, porque él estaba informado de quien sería en el futuro su principal aliado estratégico en mi país primero y en toda la región después. Me miró fijo a los ojos y me dijo que a él le gustaba tratar con gente joven y ambiciosa porque siempre apostaba al futuro. Luego me dijo: No se preocupe por la comodidad de su esposa ella tendrá en mi yate todo el confort y el lujo que se merece.
Ese fue el fin de semana en que todo comenzó a cambiar, este hombre, algo entrado en años, fue el más encantador anfitrión que se pueda imaginar, en algún momento de la noche yo le pregunté si acaso su mujer estaba aburrida de navegar, y con voz sonora dijo, que si bien se había equivocado en la elección de su primera mujer, eso no le pasaría dos veces, porque quien quiere sentirse como un rey, debe en forma inexorable estar al lado de una auténtica reina o mejor aún, de una diosa, en ese momento yo sentí que había comenzado su frase mirándome a mi y la había terminado mirando, a mi mujer. Tuvo el tacto suficiente como para enviar su venenoso mensaje sin dejarme oportunidad de queja, porque así, de esa manera elíptica es como hablan los poderosos.
Pero la flecha llegó a su destino, todo lo que había logrado, todo mi esfuerzo, toda mi entrega, no podían compararse con la inmensidad de la fortuna de mi contrincante. Y con su frase: “Estar al lado de una auténtica reina o mejor aún de una diosa” él también había invocado el término más claro de quien como yo en su momento, está dispuesto a todo, comenzando por una rendición incondicional. Con ella no hay otro camino. Yo me di cuenta de todo aún antes de que comenzara. Pero nada pude hacer.
A la que fue mi mujer no le guardo rencor, y si fuera posible, aunque se que no lo es, la recibiría con los brazos abiertos, siempre dispuesto a vivir por y para ella. Porque con ella viví en el paraíso o algo mejor. Ahora fui expulsado, eso es lo que duele.
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25-jul-2017
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Cita:
Iniciado por Uno vuelve
Hace tiempo que dejé el foro, tanto que ya ni recuerdo mi clave, creí que ya nunca volvería por aquí y que mi vida había cambiado para siempre. Conocí a una chica en un foro de literatura a la que le gustaban casi las mismas cosas que a mi y después de unos mensajes privados comenzamos a chatear y descubrí que no sólo me encantaba su forma de pensar, también que era más hermosa de lo que me hubiera contentado... traté de ir de a poco para no cometer errores y mi paciencia obtuvo resultados.
Nos conocimos en persona, nos enamoramos, comenzamos a salir y sentí como todo lo que antes me parecía difícil, ahora bajo el influjo de una pasión como nunca antes había experimentado, era un juego, todos los desafíos que se me presentaban los superaba con facilidad y sin esfuerzo, todo eran oportunidades y yo, alguien fuerte y seguro como nunca imaginé que podía llegar a ser.
Ella era la causa del cambio y de mi prosperidad, aquél inseguro que siempre parecía estar pidiendo permiso para ir detrás de mis objetivos profesionales, de pronto había mutado en alguien decidido, pujante, y, debo confesar ahora, algunas veces despiadado.
Es que ahora no luchaba sólo para mi, ahora había encontrado mi ideal y valía la pema luchar encarnizadamente como quien lucha por su patria o por su fe y es además un fanático. Ya no tenía tiempo para los pocos amigos de siempre, tenía reuniones importantes. Tomé en menos de dos años las riendas de la empresa familiar, y mi abuelo –mi padre había fallecido- sintió que por fin se podía retirar, estaba exultante de mi nueva personalidad y puso todo de sí para que pudiera casarme con la causante de mi transformación. El colaboró para que pudiera adquirir la casa que él creía que era la de mis sueños, aunque en realidad era la de los sueños de ella que para mi era lo mismo, porque mi sueño era cumplir los de ella, como le prometí desde el inicio de nuestra relación.
Nos casamos con una fiesta por todo lo alto y me sentía feliz de que ella se sintiera orgullosa de mi y disfrutara de la posición que merecía. Si, así me sentía yo. Recuerdo el día que de rodillas le juré que iba a ser muy feliz de mantenerla, servirla y complacerla como a una reina. Y que me pusiera a prueba si lo creía necesario. Ella estaba sentada con una media sonrisa que me enloqueció siempre y jugaba con su zapatito blanco en la punta de los dedos de su pié balanceándolo como jugaba y me balanceaba a mí. Y de pronto, sin que se notara, lo dejó caer al suelo y se quedó inconmovible como si me dijera: qué estás esperando. Cuanta locura se apoderó de mi, cuanta devoción si se quiere, y aunque algunos no puedan entenderme alcancé la cima de mi felicidad, cuando después de tomar su diminuta joyita con toda la suavidad que soy capaz, le calcé primero el más tierno de los besos y después otro y otro más y cuando la miré, ella estaba sonriendo a pleno y me dijo que yo sabía contentar a una chica como ella. Lo sentí como un pacto eterno, y estaba muy orgulloso de ello.
En total mi felicidad duró cuatro años, y ocho meses y medio. Un día, después de asistir con mi esposa a una fiesta organizada en la impresionante casa por el dueño de la más poderosa empresa de mi sector y con presencia en nueve países más, fuimos invitados a dar un paseo en yate por el dueño de casa, el próximo fin de semana. Un rato después, el me tomó del hombro y me dijo que era una invitación personal, porque él estaba informado de quien sería en el futuro su principal aliado estratégico en mi país primero y en toda la región después. Me miró fijo a los ojos y me dijo que a él le gustaba tratar con gente joven y ambiciosa porque siempre apostaba al futuro. Luego me dijo: No se preocupe por la comodidad de su esposa ella tendrá en mi yate todo el confort y el lujo que se merece.
Ese fue el fin de semana en que todo comenzó a cambiar, este hombre, algo entrado en años, fue el más encantador anfitrión que se pueda imaginar, en algún momento de la noche yo le pregunté si acaso su mujer estaba aburrida de navegar, y con voz sonora dijo, que si bien se había equivocado en la elección de su primera mujer, eso no le pasaría dos veces, porque quien quiere sentirse como un rey, debe en forma inexorable estar al lado de una auténtica reina o mejor aún, de una diosa, en ese momento yo sentí que había comenzado su frase mirándome a mi y la había terminado mirando, a mi mujer. Tuvo el tacto suficiente como para enviar su venenoso mensaje sin dejarme oportunidad de queja, porque así, de esa manera elíptica es como hablan los poderosos.
Pero la flecha llegó a su destino, todo lo que había logrado, todo mi esfuerzo, toda mi entrega, no podían compararse con la inmensidad de la fortuna de mi contrincante. Y con su frase: “Estar al lado de una auténtica reina o mejor aún de una diosa” él también había invocado el término más claro de quien como yo en su momento, está dispuesto a todo, comenzando por una rendición incondicional. Con ella no hay otro camino. Yo me di cuenta de todo aún antes de que comenzara. Pero nada pude hacer.
A la que fue mi mujer no le guardo rencor, y si fuera posible, aunque se que no lo es, la recibiría con los brazos abiertos, siempre dispuesto a vivir por y para ella. Porque con ella viví en el paraíso o algo mejor. Ahora fui expulsado, eso es lo que duele.
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Aprenda con esto que las mujeres no son de nadie y que muchas se dan al mejor postor.
En muchos casos ya después de cierta edad y condición no hay amor solo intereses
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25-jul-2017
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Es notoria la afición por la literatura del creador del tema.
Me pregunto si será posible recuperarse de algo como lo que le sucedió.
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26-jul-2017
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Última edición por Jassito; 31-oct-2017 a las 05:49.
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26-jul-2017
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Una pasión muy literaria la tuya, se parece algo a esta otra historia aunque de otro contenido: http://www.fobiasocial.net/he-matado...o-golpe-12892/
Cita:
Iniciado por Uno vuelve
Hace tiempo que dejé el foro, tanto que ya ni recuerdo mi clave, creí que ya nunca volvería por aquí y que mi vida había cambiado para siempre. Conocí a una chica en un foro de literatura
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Lástima que estés de "Guest" sino te preguntaría ¿cuál foro?
Cita:
Iniciado por Uno vuelve
A la que fue mi mujer no le guardo rencor, y si fuera posible, aunque se que no lo es, la recibiría con los brazos abiertos, siempre dispuesto a vivir por y para ella. Porque con ella viví en el paraíso o algo mejor. Ahora fui expulsado, eso es lo que duele.
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Me alegro por ti no todos tienen la dicha de vivir esas experiencias, ni aun con pareja, hijos y todo lo que se cree necesario para una vida "feliz". Teniendo en cuenta eso el precio que has pagado por esos años de película a su lado no es tan altísimo. Procura reorientar eso sí tu vida aprovechando la ola sanadora que su amor te dejó (te curó la fobia social, si es que la tuviste), la vida continúa.
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26-jul-2017
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Cita:
Iniciado por 1984
Es notoria la afición por la literatura del creador del tema.
Me pregunto si será posible recuperarse de algo como lo que le sucedió.
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Yo ya iba a preguntar qué novela es está o de que canal la saco
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26-jul-2017
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A Esther Vilar y MGTOW les gusta esto.
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Femdom y cuckoldismo. ¿Entré a todorelatos o a fsdotnet?
fap fap fap
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26-jul-2017
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Me sentí en un culebrón.
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27-jul-2017
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Cita:
Iniciado por jose ramon
Yo ya iba a preguntar qué novela es está o de que canal la saco
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28-jul-2017
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eso de MGTOW se ha visto bastante, pensé que era el único que lo conocía.
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