... qué recuerdos...
En mi entrada oficial a la sociedad, a eso de los 5 años y medio, primero de E.G.B., me daba por tener ganas de vomitar cuando iba al cole y estando en el cole. Mi madre, como cualquier madre hubiera hecho, me llevó al médico, el cual me recetó el Primperan, muy dulce, recuerdo su sabor, pero a mí no me servía para nada. Mi madre me volvía a llevar al médico una y otra vez y solo conseguimos que ese buen hombre se enfadara y creyera que la niña se inventaba que este jarabe no le hacía nada... pensaría que yo quería llamar la atención o algo así... así que, dejé de quejarme (no de tener nauseas) y le dije a mi madre que ya no hacía falta que me diera ese potingue, así al menos ni ella ni yo volveríamos a pasar malos tragos en la consulta del médico.
Las nauseas se pasaron con el tiempo, en ese mismo curso, y no he vuelto a tenerlas, pero os aseguro que no fué por el Primperan y hasta hace poco, ni yo misma sabía que aquello no fué más que un síntoma de mi primer enfrentamiento brutal con la sociedad.
(A veces me sorprendo a mí misma de los recuerdos tan claros y tempranos que tengo)
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