Os dejo parte de la historia de Marcos Rodríguez Pantoja, de gran interés antropológico y psicológico.
En 1954, teniendo Marcos Rodríguez siete años, y tras una vida de malos tratos, es vendido o entregado a un cabrero, y fue a la muerte de ese, quien había vivido con él en una cueva, cuando el niño quedó abandonado en medio de la naturaleza. Más tarde
fue encontrado en 1965 por la Guardia Civil,
tras doce años viviendo en completo aislamiento de los seres humanos y con la sola compañía de los lobos. La Guardia Civil lo trasladó a Fuencaliente. La policía nunca presentó cargos contra el padre, que en ese momento aún vivía, y que al reconocer a su hijo sólo le reprocharía haber perdido la chaqueta.
Con posterioridad un sacerdote le enseñó a pronunciar el idioma, y fue internado en el Hospital de Convalecientes de la Fundación Vallejo, en Madrid, hasta ser reintroducido como adulto en la vida en sociedad. Hizo el servicio militar y se dedicó a trabajar como pastor y en la hostelería.
Sufrió numerosos timos y engaños, al desconocer el funcionamiento de la sociedad y el significado del dinero. Tras vivir en Fuengirola (Málaga) e incluso llegar a habitar en una cueva, se trasladó a un pueblo llamado Rante, en Galicia, donde reside actualmente con una persona de su confianza.