El espeluznante documento gráfico que se muestra a continuación, es la prueba concluyente de que los psiquiatras, estos seres probos y abnegados que velan por nuestro bienestar mental, pueden, debido al brutal desgaste que produce el trato diario con personas que no acaban de encontrar el tan anhelado equilibrio psicológico, acabar aún peor que los pacientes que, supuestamente han de tratar: