Yo creo que está claro que todos sentimos de alguna manera la necesidad de contar lo que nos pasa y lo que sentimos, pero es cierto que hay que saber a quién se lo puedes contar y cómo hacerlo; en mi caso decidí un día contárselo a mis padres, pero realmente nunca he tenido mucha confianza con ellos ni tampoco ellos supieron ayudarme, es más, cuando les conté cómo me sentía simplemente me decían que siguiera, que ya se pasaría. Otra vez decidí hablar de esto con un "amigo", y fue un error absoluto, no me entendió y desde entonces me ve como a un enfermo mental, y además yo me sentí como humillado, aceptar ante los demás que soy "diferente" me hace sentirme muy mal y muy inferior. Lo mismo pasó con el psicólogo, no tenía ninguna confianza y no me sentía ayudado, nunca le contaba la verdad. Siempre he tenido el sueño de que algún día tenga a una persona que me comprenda, me escuche y que me quiera ayudar, pero me temo que nunca la encontraré.