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bagué, la capital musical de Colombia, es escenario por estos días de su sinfonía más triste. Si el suicidio de un menor de edad es un hecho que deja perplejo a cualquiera, basta imaginar el estado de consternación cuando entre las causas que motivaron a la víctima están las de escapar al acoso de sus compañeros de clase.
Por eso, en la capital del Tolima en general y de la comunidad educativa del colegio Champagnat en particular rondan muchas preguntas y pocas respuestas. La historia deja en evidencia que los casos conocidos como matoneo escolar están adquiriendo ribetes inimaginables y que estos están presentes incluso en instituciones educativas de prestigio como ésta.
Este miércoles trascendió que Juliana, una niña de tan solo 13 años, tomó la determinación de suicidarse. Con tan triste idea en la mente busco el revolver de su papá, un pensionado de la Policía y se disparó.
Lo hizo en un acto desesperado por no tener que soportar más humillaciones en su colegio donde la señalaban de vivir en un barrio humilde, muy distinto a los de sus compañeros, de estratos más altos.
La menor habría aprovechado la ausencia de sus papás en la casa, tomó el revólver y se quitó la vida. Juliana, según informó El Espectador, era la hija única del matrimonio conformado por dos pensionados de la Policía Nacional.
Sin embargo, una versión adicional contradice este reporte sobre lo que motivó al suicidio de Juliana.
Según un informe oficial al que accedió Semana.com, la menor tuvo una discusión con su padre en la tarde de ayer. Luego sus padres salieron de la casa en horas de la noche y al regresar encontraron el cadáver de la niña en el piso de la cocina. Tenía en sus manos el revólver.
Los vecinos interrogados por las autoridades afirmaron haber escuchado dos disparos entre las 10:30 y 10:45 de la noche.
Sufren en silencio
Para algunas fuentes en la ciudad, sí fue el matoneo el que originó tan fatal desenlace. Y es que esta problemática campea a lo largo y ancho del país. Por eso el 15 de marzo de este año el Gobierno sancionó una ley en aras de reducir la violencia escolar y disminuir el embarazo en adolescentes. "Queremos responder a una de las necesidades más sentidas de la comunidad educativa, que es erradicar la violencia de las aulas", dijo la ministra de Educación, María Fernanda Campo.
El matoneo es un problema frecuente que sufren niños y jóvenes. Las encuestas muestran que hasta la mitad de todos los niños son matoneados en algún momento de su vida escolar y al menos el diez por ciento sufren este tipo de maltrato regularmente. Así lo informa la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente (AAPIA).
Las víctimas del matoneo experimentan un enorme sufrimiento que interfiere que su desarrollo social, emocional y con su desempeño académico. En situaciones extremas algunos de estos niños prefieren dejar de vivir para no tener que soportar el acoso y los castigos.
El matoneo puede ser físico o verbal. Los varones tienden a usar la intimidación física y las amenazas independientemente del género de sus víctimas. El matoneo por parte de las niñas suele ser verbal y frecuentemente la víctima es otra niña.
Pero estos comportamientos no se limitan a los patios del colegio. Se han reportado casos de matoneo en chats en línea, por correos electrónicos y en las redes sociales.
Según el psiquiatra y sexólogo clínico Gabriel Montoya, el matoneo desde las redes sociales o las amenazas para no divulgar información es un problema creciente y hace que los adolescentes reaccionen de maneras inesperadas por presión: “El 'bullying' es mucho mayor. Si alguien graba un video de una persona desnuda, este puede estar al otro lado del mundo en segundos”.
Abusadores abusados
Los niños y adolescentes abusadores disfrutan controlar o dominar a otros. A menudo, ellos mismos han sido víctimas de abuso físico y matoneo, se muestran deprimidos o se irritan fácilmente. Los niños que son atacados también suelen tener un perfil particular: pasivos, de pocos amigos, que se intimiden fácilmente y les es difícil defenderse.
La AAPIA recomienda que ante la sospecha de que un hijo infrinja el matoneo o sea matoneado, los padres o cuidadores deben contactar a los profesores y profesionales de la salud.
Si el niño se aísla, se nota de ánimo decaído, se rehúsa a ir al colegio o su rendimiento académico se deteriora, es necesario intervenir de forma multidisciplinaria. La psiquiatra María Victoria Ocampo explica que “es clave la intervención de los colegios ya que los profesores suelen ser los primeros que detectan el deterioro académico y la agresividad, así que deben informar a los padres”.
El ‘bullying’ puede generar serias dificultades académicas, sociales, emocionales y legales. Entre más temprano se busque ayuda, menor será el riesgo de que queden secuelas y se pierdan vidas como, al parecer, lo fue el caso de Juliana.