Hola, superfobico.
Siento lo que te ha pasado.
Hace muchos años que conozco parte de tu historia. He visto tus vídeos en YouTube hace años; he llorado con alguno de ellos. Hoy he vuelto por tu canal y me he suscrito. Creo que eres una muy buena persona. Para mí, humanamente, vales mucho más que los gilip*llas (el foro me censura; qué raro...) que te han dañado. La niñez es un periodo fundamental y acosándote cambiaron la imagen que tenías de ti mismo. Pero te lo repito; tú vales mucho más que esa "gente". Los que te acosaron querían mostrar que tenían poder e iban a por el más sensible; si les hubiese sucedido lo mismo que a ti, ellos serían los acosados.
Sé que mis palabras no van a cambiar algo que lleva formando parte de tu personalidad desde hace décadas, pero tú no has acosado a nadie; tú eres una persona sensible, alguien verdaderamente apto para vivir en sociedad; ellos no lo fueron.
Esto puede sonar rimbombante, pero, realmente, aquellos a los que nos ha cambiado el bullying somos las víctimas de una guerra que todavía se considera tal. Nuestras secuelas no son una cojera, un ojo de goma o una sordera; a nosotros nos robaron el "alma".
En el futuro se reconocerá el bullying como la brutal realidad que es. Toda sociedad es hija de su tiempo. Fíjate en la homosexualidad; hoy, la mayoría de las personas homosexuales ya no se avergüenzan de serlo; muy al contrario, se sienten orgullosos de ello, y la mayoría de la sociedad, aunque en algunos casos sea solo de cara a la galería, los apoya. Ya no es tan común que se deshumanize sistemáticamente a una persona simplemente porque le gusten otros adultos de su mismo sexo. Se ha normalizado la homosexualidad y, cada vez más, al que se señala es al que intenta humillar a una persona homosexual por su orientación sexual, no a la víctima. Algo similar ocurrirá en el futuro con el bullying, acosadores y víctimas.
Mientras tanto, solo te puedo recomendar que lo intentes de nuevo con psicólogos, quizás con terapia grupal, que leas muchos libros sobre bullying,
Trastorno de personalidad por evitación y cómo curar las secuelas. La depresión y la desesperanza juegan en tu contra, porque paralizan y dificultan que tomemos acción, pero si consigues trazar un plan y unas
rutinas y consigues la ayuda adecuada... hay esperanza.
Puedo entender la impotencia que sientes.
De ésta tenemos que salir buscando el camino nosotros mismos; no nos queda otra.
Un abrazo fuerte, tío.