Hola a todos.
Hace años que coqueteo con el alcohol y neurodepresores derivados (benzodiazepinas, hipnóticos), pero de un tiempo a esta parte se ha ido acentuando mi dependencia. Consumo a un ritmo casi diario. Lo que es más indicativo:
siento el mono en carne viva. Ignoro el por qué de esta evolución. Tal vez se deba a una predisposición orgánica, pero también es cierto que
cada vez me cuesta más encontrarme consciente. Como la sobriedad comporta un sufrimiento incesante, una angustia nudosa y sin tregua; como el alcohol es tan barato, tan accesible y tan fatídicamente tentador; como me siento débil, desamparado y no tengo nada con que canalizar mis pulsiones —mato los días bebiendo.
Comprenderéis algunos que esta adicción no supone ningún alivio a largo plazo. Si me abstengo, soy agresivo e insoportable; si ingiero, el bajón post-consumo impregna mis horas de miasma suicida e infierno. Más allá de secuelas más palpables: como son la erosión cognitiva (atención, concentración, comunicación, memoria), dolores de hígado y un pingüe etcétera. Poco a poco e inadvertidamente me he precipitado por el embudo del alcohol de tal forma que ya ni siquiera recuerdo cómo se vivía en la superficie. No sé cómo vivir.
¿Alguien por acá ha pasado por una situación parecida? ¿Me aconsejaríais alguna técnica de autocontrol? De momento ya me he inscrito en Alcóholicos Anónimos, pero cualquier experiencia, cualquier apunte sería de agradecer.