Cosas que me pasan a mí...
y a poca gente mas.
Ir a la cocina con la intención de poner el lavaplatos, y nada mas entrar enfrascarme en mis fantasías... acercarme al fregador, con la cabeza en otra galaxia, y como por pura inercia agarrar el cacharro con el estropajo y el jabón, y cual autómata llenarlo de agua y ponerle el lavavajillas (líquido de fregar). Y voy, la lista de mí, y empiezo a fregar los platos manualmente con una sonrisa de oreja a oreja y la mirada perdida... totalmente enfrascada en mis fantasías.
Y luego, cuando ya llevo la mitad hecho, me empieza a entrar calor, miro al lavabo... veo la mitad de las cosas fregadas. Poner cara de wtf y entrarme ganas de gritar y darme cabezazos...
Pero podemos rizar más el rizo, puedo ser mas kafkiana todavía. Para colmo, pienso joder, que tonta soy... que hoy tengo que poner el lavaplatos, qué coño hago... y no se me ocurre mejor idea que meter los cacharros que quedan al lavaplatos, porque en mi casa hay que poner a secar los platos en el lavaplatos ya que no hay otro sitio. Me digo, pues voy a meter los que quedan, junto con los que acabo de fregar a mano y que se laven todos juntos de golpe. Meto la mitad que queda sin fregar en el lavaplatos, ¡lo cierro y me voy!, y se me olvida poner el lavaplatos.
Menos mal que luego me he dado cuenta y he vuelto para ponerlo...
Lo mío es digno de estudio.
¿Por qué culpar a mi mente, teniendo al pringao del calor como cabeza de turco?. Es culpa del calor... sip.