Parece que de golpe lo comprendí.
Ella ya hacía tiempo que lo hizo y me lo decía, pero aunque yo lo entendía y me parecía razonable, no había logrado
verlo hasta ahora.
Claro, ¿qué estoy haciendo? ¿Cómo es esto de que me importan tanto estos "entes virtuales", e invierto tiempo y emociones en ellos? ¡Al fin entiendo a los que se van! ¡Qué madurez en el pensamiento, en la visión! Porque claramente se trata de ese tipo de cosas para las que se necesita "despertar" antes de poder comprenderlas cabalmente. Y ese
despertar resulta algo bastante extraño y caprichoso, que viene sin buscarlo y de golpe, arremetiendo en la mente y cambiándolo todo de forma brusca y definitiva. Esas revelaciones que moldean la personalidad aparecen con el tiempo, y el tiempo es experiencia. ¡Qué agradecido tengo que estar por haber adquirido este entendimiento en esta edad y no después de más tiempo!
Todo un engaño orquestándose en mi interior: Compañía, comunidad, entendimiento... significancia. ¡Puras patrañas! ¿A quién le importa? ¿Realmente me importa a mí mismo?
Me importa, ¡tremendo error!
Entes virtuales, entidades abstractas formadas en el engaño de conocer lo que no se conoce, en la ilusión de la intimidad y la cercanía. ¡A quién le importa nada ni nadie más que sí mismo! Los entes virtuales sólo son útiles, como amigos imaginarios pero más entretenidos porque tienen bastante autonomía. Descartables, dispuestos para el entretenimiento y para lo que sea que resulten provechosos... ¡Hasta que aburren, hasta que aparece algo mejor qué hacer!
Patrañas del siglo XXI. ¿Cómo tomar en serio a un fenómeno tan nuevo que hasta yo mismo, con mi apenas más de cuarto de centuria, lo vi nacer?
¡Nadie significa nada, todo es descartable! ¡Use y tire! ¡Lo que le dé la gana, no importa en absoluto! ¡Mantenga conversaciones simultáneas, ignore tan fácil como si borrara la tiza de la pizarra... Entreténgase!
¿Traición?, ¿mentira? Oh, serás niño... nada de eso se llama así acá, ¡si esas son las mismas reglas! Pero qué te digo, si es evidente que ignoras hasta la primer norma más elemental: ¡No te involucres, no te comprometas!
Apagas el aparato brillante y todo se esfuma, desaparece: ¿Dónde ves la realidad en eso?
En este juego, en este mundo de juguete todo es para eso; para jugar y divertirse. ¡Cuidado con la confusión, y no vayas a buscar en esos entes de moradas brillantes lo que deberías en aquellos que moran en ojos, carne y voz! ¡Y por Dios si además de buscar, depositas!
Sí, ahora entiendo a los que se van. "Sentimiento de comunidad", decía
Qué manera más ridícula de perder el tiempo, y qué ceguera. E inocencia.