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Antiguo 25-sep-2012  

CUENTO EL DIA EN QUE JESUS GUARDO SILENCIO (PARABOLA) (por Anónimo)

Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño. Solo recuerdo que ya era tarde y estaba en mi sofá preferido con un buen libro en la mano.

El cansancio me fue venciendo y empece a cabecear.

En algún lugar entre la semi-consciencia y los sueños, me encontré en aquel inmenso salón, no tenia nada en especial salvo una pared llena de tarjeteros, como los que tienen las grandes bibliotecas. Los ficheros iban del suelo al techo y parecía interminable en ambas direcciones. Tenían diferentes rótulos.

Al acercarme, me llamó la atención un cajón titulado "muchachas que me han gustado" Lo abrí descuidadamente y empecé a pasar las fichas. Tuve que detenerme por la impresión, había reconocido el nombre de cada una de ellas: !se trataba de las muchachas que a mí me habían gustado!!!

Sin que nadie me lo dijera, empecé a sospechar de dónde me encontraba. Este inmenso salón, con sus interminables ficheros, era un crudo catálogo de toda mi existencia.

Estaban escritas todas las acciones de cada momento de mi vida, pequeños y grandes detalles, momentos que mi memoria ya había olvidado. Un sentimiento de expectación y curiosidad, acompañado de intriga empezó a recorrerme mientras abría los ficheros al azar para explorar su contenido.

Algunos me trajeron alegría y momentos felices, otros por el contrario, un sentimiento de vergüenza y culpa tan intensos que tuve que volverme para ver si alguien me observaba.

El archivo "Amigo" estaba al lado de "Amigos que traicioné" y "Amigos que abandoné cuando mas me necesitaban". Los títulos iban de lo mundano a lo ridículo. "Libros que he leído", "Mentiras que he dicho", "Consuelo que he dado", "Chistes que conté", otros títulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto", "Murmuraciones cuando Mamá me reprendía de niño", "Videos que he visto" No dejaba de sorprenderme de los títulos. En algunos ficheros había muchas más tarjetas de las que esperaba y otras veces menos de las que yo pensaba.

Estaba atónito del volumen de información de mi vida que había acumulado.

Sería posible que hubiera tenido el tiempo de escribir cada una de esas millones de tarjetas? Pero cada tarjeta confirmaba la verdad.

Cada una escrita con mi letra, cada una llevaba mi firma. Cuando vi el archivo "Canciones que he escuchado" quedé atónito al descubrir que tenía mas de tres cuadras de profundidad y, ni aún así, vi su fin. Me sentí avergonzado, no por la calidad de música, si no por la gran cantidad de tiempo que demostraba haber perdido.

Cuando llegué al archivo: "Pensamientos lujuriosos" un escalofrío recorrió mi cuerpo. Sólo abrí el cajón unos centímetros Me avergonzaría de conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me conmoví por su contenido; me sentí asqueado al constatar "ese" momento, escondido en la obscuridad, había quedado registrado.

No necesitaba ver más.

Un instinto animal afloró en mi. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie debe entrar jamás a este salón! Tengo que destruirlo!

En un frenesí insano arranqué un cajón, tenía que vaciar y quemar su contenido. Pero descubrí que no podía siquiera desglosar una sola del cajón.

Me desesperé y traté de tirar con más fuerza, sólo para descubrir que eran más duras que el acero cuando intentaba arrancarlas.

Vencido y completamente indefenso, devolví el cajón a su lugar. Apoyando mi cabeza al interminable archivo, testigo invencible de mis miserias, empecé a llorar En eso el título de un cajón pareció aliviar en algo mi situación:

"Personas a las que les he compartido el evangelio". La manija brillaba, y al abrirlo, encontré menos de 10 tarjetas. Las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos. Lloraba tan profundo que no podía respirar; caí de rodillas al suelo llorando amargamente de vergüenza. Un nuevo pensamiento cruzaba mi mente: nadie deberá entrar a este salón, necesito encontrar la llave y cerrarlo para siempre.

Y mientras me limpiaba las lágrimas, lo vi.

!Oh no!, ! Por Favor no! !El no!, cualquiera menos Jesús!!. Impotente vi cómo Jesús abría cajones y leía cada una de mis fichas. No soportaría ver su reacción.

En ese momento no deseaba encontrarme con su mirada.

Intuitivamente Jesús se acercó a los peores archivos. Porqué tiene que leerlos todos?. Con tristeza en sus ojos, buscó mi mirada y yo bajé la cabeza de vergüenza, me llevé las manos al rostro y empecé a llorar de nuevo. Él, se acercó, puso sus manos en mis hombros. Pudo haber dicho muchas cosas, pero

El no dijo una sola palabra.

Allí estaba junto a mí, en silencio. Era el día en que Jesús guardó silencio y lloró conmigo.

Volvió a los archivadores y, desde un lado del salón, empezó a abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba su nombre sobre el mío. !NO!!, le grité corriendo hacia él. Lo único que atiné a decir fue solo! No!, !No!, !No! cuando le arrebaté la ficha de su mano. Su nombre no tenía porque estar en esas fichas. No eran sus culpas!!, Eran las mías!!. Pero allí estaban, escritas en un rojo vivo. Su nombre cubrió el mío, escrito con su propia sangre. Tomó la ficha de mi mano, me miró con una sonrisa triste y siguió firmando las tarjetas.

No entiendo cómo lo hizo tan rápido. Al siguiente instante lo vi cerrar el último archivo y venir a mi lado. Me miró con ternura a los ojos y me dijo: Consumado Es, Esta Terminado, Yo He Cargado Con Tu Vergüenza Y Culpa. En eso, salimos juntos del salón, Salón que aún permanece abierto. Por que todavía faltan más tarjetas que escribir.

Aún no sé si fue un sueño, una visión, o una realidad Pero, de lo que si estoy convencido, es que la próxima vez que Jesús vuelva a ese salón, encontrará mas fichas de qué alegrarse, menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.

Gracias Jesús por haber hecho que esta reflexión llegara a mí
 
Antiguo 25-sep-2012  

Cita:
Iniciado por Oskar_lopez Ver Mensaje
na pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo.

La primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer vió a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero y dijo:

- ¡Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero!
- ¿Quizás necesita un jabón nuevo?
- Me agradaría ayudarla a lavar las sábanas.

El marido miró y quedó callado. Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento. Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpias, y dijo al marido:

- Mira, ella aprendió a lavar la ropa …
- ¡Qué bien!

El marido le respondió:

- Mmm … no es lo que piensas.
- Hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana.

Maestro: todo depende del estado de la ventana, a través de la cual observamos los hechos. Antes de criticar, conviene que averiguamos si hemos limpiado el corazón para poder ver más claro.
Jajajaja esta genial, una de esas cosas para tener siempre en mente.
 
Antiguo 27-sep-2012  

Cuando el maestro se hizo viejo y enfermó, los discípulos no dejaban de suplicarle que no muriera.

El maestro les dijo:
- Si yo no me voy, ¿cómo podréis llegar a ver?
- ¿Y qué es lo que no vemos mientras tú estás con nosotros? – preguntaron ellos.

Pero el maestro no dijo ni una palabra.

Cuando se acercaba el momento de su muerte, los discípulos le preguntaron:
- ¿Qué es lo que vamos a ver cuando tú te hayas ido?

Y el maestro, con una pícara mirada en los ojos, respondió:
- Todo lo que he hecho ha sido sentarme a la orilla del río y daros agua.
- Cuando yo me haya ido, confio en que sepáis ver el río.
 
Antiguo 01-oct-2012  

- Maestro, tengo un problema con mi hijo
- Me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.

- ¿Qué harás? – dijo el maestro

- ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!

- Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo.
- Todos servimos para algo pero no todos servimos para lo mismo.
 
Antiguo 02-oct-2012  

¿Por qué gritan?

Un día preguntó un sabio a sus amigos lo siguiente :

-¿ Por qué la gente se grita cuando están enojados ?

Los hombres pensaron unos momentos:

- Porque perdemos la calma – dijo uno – por eso gritamos.

- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?, preguntó el sabio-. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.

Finalmente él explicó:

- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro, a través de esa gran distancia.

Luego, el sabio preguntó:

- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El sabio continuó:

– Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuán cerca están dos personas cuando se aman.

Luego, el sabio dijo:

-Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.
 
Antiguo 02-oct-2012  

Cita:
Iniciado por MetalSinfonico Ver Mensaje
¿Por qué gritan?

Un día preguntó un sabio a sus amigos lo siguiente :

-¿ Por qué la gente se grita cuando están enojados ?

Los hombres pensaron unos momentos:

- Porque perdemos la calma – dijo uno – por eso gritamos.

- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?, preguntó el sabio-. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.

Finalmente él explicó:

- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro, a través de esa gran distancia.

Luego, el sabio preguntó:

- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El sabio continuó:

– Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuán cerca están dos personas cuando se aman.

Luego, el sabio dijo:

-Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.
Muy buen aporte!!.
 
Antiguo 02-oct-2012  

En la época que buscaba la iluminación, Marpa, que fue más tarde el maestro del gran Milarepa, se topó un día en un camino con un anciano encorvado bajo un pesado fardo.

De repente tuvo la intuición de que este anciano poseía la clave de su búsqueda espiritual. Le dijo a distancia:

- Dime maestro .. ¿qué es la iluminación?

El hombre se detuvo y, sin decir una palabra, depositó su saco en el suelo. Marpa, que miraba fija e intensamente al anciano, sacudió la cabeza:

- Por fin he comprendido qué es la iluminación.
- Gracias.
- ¿Pero qué hay después?

Por toda respuesta el anciano levantó su fardo, lo volvió a colocar sobre sus espaldas y reanudó su camino.
 
Antiguo 04-oct-2012  

A un cojo, que sufre por tener una pierna más corta que la otra, un sabio le aconseja:

- Deja de odiar tu pierna corta
- Identifícate con ella
- Entonces, cesando de quejarte, sentirás con alegría que tu pierna larga es un regalo

Microcuento de Alejandro Jodorowsky
 
Antiguo 04-oct-2012  

Cita:
Iniciado por Oskar_lopez Ver Mensaje
na pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo.



La primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer vió a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero y dijo:

- ¡Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero!
- ¿Quizás necesita un jabón nuevo?
- Me agradaría ayudarla a lavar las sábanas.

El marido miró y quedó callado. Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento. Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpias, y dijo al marido:

- Mira, ella aprendió a lavar la ropa …
- ¡Qué bien!

El marido le respondió:

- Mmm … no es lo que piensas.
- Hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana.

Maestro: todo depende del estado de la ventana, a través de la cual observamos los hechos. Antes de criticar, conviene que averiguamos si hemos limpiado el corazón para poder ver más claro.
Se combina la gracia y la enseñanza en este cuento, me ha gustado.
Gracias por compartirlo.
 
Antiguo 04-oct-2012  

Cita:
Iniciado por fer8 Ver Mensaje
Se combina la gracia y la enseñanza en este cuento, me ha gustado.
Gracias por compartirlo.
Por nada!!
 
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