El mundo de las ideas no existe. Es imposible concebir las abstracciones tengan su propio mundo, en el cual existan por sí solas, porque es la degeneración de lo realmente existente.
En primer lugar, si se hace mención a un mundo de ideas, es decir, por fuera de lo concreto y aplastante que es lo material, es decir, un mundo aparte del cual reinan los condicionamientos incontables y las arbitrariedades caóticas-casuales, se entiende, por referencia, que el mundo de las ideas es un plano perfecto y armónico, sin embargo, ese par de características son una falacia por la misma naturaleza de las ideas, porque si bien una idea tiene, generalmente, una carga avalorativa, sí está, por el contrario, construida ideológicamente, por lo tanto, el enfrentamiento ideológico es la contradicción que existiría en tal mundo: ideología contra ideología, la lucha eterna de las ideas; y, además, con un elemento retórico-mayeutico: si es un mundo ideal (perfecto y armónico), ¿por qué molestarse en contaminarse con lo impuro de la materia? Al decir de Platón, ¿por qué caerse? No hay razón para hacerlo más que por capricho de las ideas, cosa absurda de entrada, o porque la concepción de este mundo no fue sino la ocurrencia de una falta de rigurosidad con la determinación sensible.
La duda sobre lo material sólo viene a partir de la duda de la existencia, pero es un hecho que existimos por lo inmediatamente visible, por la realización de lo cotidiano y tangible. Como materia que somos, se ve que existimos porque cualquiera puede acabar con su existencia, con su materia (y ni tanto: la materia no se crea ni se destruye...).
Respecto a las matemáticas, que generalmente se asumen como perfectas e ideales, es necesario decir que no son perfectas, y el que crea lo contrario, pues, quiero que logre reducir los números irracionales... no se puede. ¿Acaso alguien ha podido ver todos los decimales de Pi? No, nadie. Es más, ¿cómo surgió Pi? Por experiencia, por la descomposición y análisis de una abstracción del círculo. Las matemáticas, máxima expresión del supuesto idealismo, tienen su verdadero origen en lo cotidiano, en la necesidad de cuantificar: sólo es la racionalización máxima del proceso empírico, y su avance en "el plano de las ideas", como lo es, por ejemplo, la introducción del Plano Cartesiano, sólo responde a la necesidad original y las formas de entenderla. Si las matemáticas "cayeran del cielo" no tendría sentido estudiarlas porque no se podrían aplicar, pero, efectivamente, no es así: las matemáticas se pueden aplicar porque surgen desde lo concreto.
En este punto la pregunta no es sí ¿existe el mundo de las ideas? Pues no existe, es una ficción; la pregunta sería ¿por qué
"todo" es así? ¿Por qué es posible entender regularidades en base a un lenguaje racional "universal"? ¿Por qué es posible emplear ciertos conocimientos a un nivel absoluto? ¿Por qué las abstracciones materiales son posibles de ver en una relación entre sí? Si no son las ideas perfectas, ¿cuál es el entramado que une todo lo concreto y permite su interacción sin caer en la contradicción?... FUCK!... Podría decir que la Dialéctica, pero eso, en realidad, no es una forma de entender sino de resolver... pueden ser las matemáticas, después de todo: y es que, si existe lo concreto y de esto hemos podido sustraer ese sistema racional, es porque "ese algo original" que ha determinado la existencia de lo concreto es lo que debe ser puro entre la existencia, ¿qué puede ser? Quién sabe... puede ser el 0: en una recta numérica, los números (lo concreto) sólo existe y tiene órden (y sentido) gracias al origen, a la única idea pura: la nada original.
PD: ¡Miércoles, qué ladrillazo!
PD2: Ahora que lo leo: qué mal es no entenderse (ni creerse) a sí mismo
. Esto no tiene ni pies no cabeza...