Confieso que me he cruzado con una vecina en el ascensor que iba con su madre o suegra.
Me parece guapísima y muy agradable.
Se ve que iban a comer fuera, no son de la ciudad de donde vivo. Debían ir de excursión.
Ella es preciosa y llevaba un sombrero para protegerse del sol. También falda larga y sandalias.
Confieso que me ha encantado su perfume. Me he quedado en el ascensor unos segundos oliéndolo.
V.