Confieso que me duele estar sin amigos, tener el celular de alarma/adorno y no ser sociable, pero que a veces me regodeo en ello, y eso es patético.
Confieso que me pone triste la idea de terminar en mi vejez como la señora de los gatos de Los Simpsons.
Confieso que a veces blasfemo pensando en que desearía no creer en Dios porque eso me permitiría hacer un montón de barbaridades y/o cosas no tan drásticas pero no buenas sin cargo de conciencia, pero en realidad me arrepiento casi al tiempo, porque al menos saber que Dios es real me da consuelo, le pido, y espero en Él confiando en que a su debido tiempo me dará. Confieso que escribo esto, porque hace unos días lo pensé y me sentía mal dejándolo dentro.
Confieso que pese a esto último, me gusta la soledad (escogida) y de la que pueda salir en cualquier momento, no esta obligatoria.
Confieso que el pasado me remuerde, me carcome, es como una pinche gotera que cada tanto aparece y de a poquito, pudre mi interior, confieso que eso hace que ahora se me aguen los ojos, porque ya debería haberlo enterrado. Joder ¿por qué hay gente que mata, desfalca, etc que va por el mundo -aparentemente- tranquila y yo no puedo cerrar el cuento? Parece que mi cerebro ha doblado esa página de mi libro de vida y de alguna forma no me permite pasarla.
Hombres, mujeres, ¡hacer cosas malas no paga! Yo creo que mis depresiones, y lo malo que me sucede es KARMA por lo mal que hice antes. :(