Y confieso que cuando era pequeña, un primo mío, seís años mayor que yo, me metió mano.
Confieso que aunque no tenía nada claro lo que estaba hacièndome, lo permití porque me gustó mucho.
Confieso que a partir de ese día evité estar a solas con mi primo (es contradictorio, lo sé, pero mi mente infantil intuía que aquello "no estaba bien")
Confieso que estoy aquí ahora mismo, leyendo y escribiendo porque estoy haciendo tiempo hasta las 10:00 para hacer una cosa que no pienso contar...
Confieso que no me estoy esforzando para salir de este abismo...
Confieso que amo a mi gato más que a mi familia.
Confieso que conocí a un vampiro y como era más vampiro que yo, me asusté y huí...
Confieso que lo echo de menos