Qué práctica difícil, una conversación trivial con una chica bonita de mi edad. Pero es estimulante, ciertamente todavía me queda mucho que pulir pero doy buena batalla. Me va simpatizando más, poco a poco, la posibilidad de inscribirme en un curso de algo para buscar más ocasiones de práctica. Es interesante cómo puedo reconocer ya con bastante claridad los procedimientos de socialización estándar, hoy fui sometido al "cuestionario introductorio". Claro: a mí, que soy de naturaleza tan reservada, me da la impresión de ser algo completamente irrespetuoso y fuera de lugar, un atropello a la sagrada intimidad del otro. Pero la normativa social imperante lo interpreta de manera opuesta: como expresar interés en el otro, como disposición a prestarle el tiempo y el oído a lo que tenga para decir de sí, mientras que a los que ingenuamente nos sentimos tan satisfechos por no invadir la privacidad de nadie, se nos interpreta como arrogantes tipos/as a quienes no les interesa saber nada de los demás (aunque bueno... muchas veces sea precisamente ese el caso xD).
Hablarle de mí a una persona desconocida es raro. Hablar de mí es, en sí mismo, raro. Pienso que se me debe notar mucho la torpeza y la falta de naturalidad, aunque mi mayor terror es
trabarme. Hay ciertas combinaciones de sílabas que, en determinadas circunstancias (que todavía no sé del todo por qué cosas son determinadas) me complican la existencia, o bueno, el discurso. Y no quiero parecer idiota, pero me veo obligado a hacer una pausa cortando una palabra y/o frase por la mitad para esperar unos segundos, mientras, lógicamente, intento disimularlo como si se tratara de alguna distracción o algo por el estilo, aunque sobra decir que no creo que nadie se lo crea. Esas pequeñas cositas, rarezas, son las que joden la percepción que el otro va teniendo de uno. No se me malinterprete, no estoy dando por hecho que lo que todo
otro perciba debe ser tenido en cuenta como importante, ni mucho menos. Pero si se parte con el objetivo de lograr un buen desempeño en la danza ritual de la socialización informal, se asume que lograr dar una buena impresión es sinónimo de alcanzar el éxito.
Bueno, sigo más o menos en pañales en cuanto a los pasos que se supone debería seguir, pero por lo pronto lo obvio era devolver las preguntas. ¿Qué sigue después de eso? "¿Vamos a
coger?"
No, bueno, pero me sigue pareciendo un misterio cuándo y cómo se pasaría al nivel de "prototipo de amistad", que vendría a quedar oficializado al momento de pedir el
feisbuk o el
wasáp. Qué locura, yo haciendo eso... Pero, en honor a la verdad, debo decir que no estoy interesado en forjar una amistad con esta chica, así que no vendría a ser tan extraño que me parezca extraño. Pero llegado a este punto siempre me pregunto por qué digo/siento que no me interesa forjar amistades con prácticamente nadie... ¿No será un interiorizado miedo al rechazo que, por cuestiones de superviviencia y orgullo, devino en un "rechazo preventivo" tan asimilado que ya me lo creo verdadero? Sin embargo, yo sigo siendo un individuo particular, y las diferencias con "lo usual/lo normal" son evidentes. Pero no parece ser cierto que no me gustaría ser amigo de, por ejemplo, esta chica. O un poco cierto sí, pero en base a -claro- prejuicios, porque en realidad no la conozco lo suficiente como para saber si me resultaría interesante o no forjar tal vínculo. Prejuzgo demasiado a la gente. ¿Y si me conociera a mí mismo así, en una conversación trivial cargada de incomodidad? ¿Qué impresión me daría? La verdad que no sé, es complicado. Podría ser que sea un verdadero maestro en deducir las personalidades de la gente con apenas más que la mera observación. De todas formas, por algo será que mis pocas amistades son bastante disfuncionales. Lo que busco probablemente sea cosa dificilísima de encontrar, y si encontrada, dificilísima de lograr. Por ejemplo, la única persona con la que sentí el auténtico deseo de tener un lazo amistoso (aunque quizá no se limite a eso) es... bueno, es complicado (y no se trata de la chica del concierto, ya que, por el momento, apenas tengo información certera sobre su identidad).
No es tampoco que desestime las pocas amistades que tengo, en realidad estoy muy agradecido por ellas. Pero sigue siendo verdad que hay huecos que me gustaría llenar.