Como mantener una conversacion espontanea
Una conversación normal se basa en un intercambio de información entre las distintas partes. Por tanto lo primero que hay que tener muy claro es que se ha de compartir determinada información con la persona con la que se va a hablar, para poder tener una conversación fluida y natural.
Al contrario de lo que podrían pensar algunas personas, no es realmente necesario tener temas de conversación preparados, aunque siempre está bien tener algún tema o anécdota interesante como comodín. A mi me gusta mucho contar pequeñas historias divertidas que me pasan o le pasan a gente que conozco. Tambien puede ser interesante conocer alguna noticia de actualidad o tema que pueda interesar a la otra persona.
No es posible mantener una buena conversación si una de las personas no está dispuesta a compartir información con la otra, o si no hay una predisposición, por la razón que sea.
Con algunas personas será más fácil conversar, ya que habrá más temas de conversación de interés mutuo. Con otras personas con las que nuestra personalidad o intereses no sean los mismos, nos será más difícil alargar la conversación.
Para mantener una conversación espontánea, lo primero que tenemos que hacer es interesarnos sinceramente por nuestro interlocutor. Es posible que esto en ocasiones nos incomode o nos parezca forzado, pero es la mejor forma de mantener cualquier conversación. A todos nos gusta hablar de nosotros mismos cuando se nos pregunta sinceramente.
Sin embargo si la otra persona no confía en nosotros puede que no se sienta cómoda al hablar. Para que una persona confié en nosotros, tenemos que dejarle claro que somos de fiar; nuestras intenciones tienen que estar a la vista, tenemos que ser transparentes; y tenemos que sonreir y tratar de mirar a nuestro interlocutor a la cara.
Trata de hablar de manera que se te entienda, despacio y con un tono de voz alto. La gente tímida solemos hablar demasiado bajo y esta es una mala costumbre.
1- HAZ QUE EL INTERLOCUTOR TE DE INFORMACIÓN NUEVA
Una buena forma de interesarse por el interlocutor es perguntarle ¿qué tal el día? o ¿cómo estas? o cualquier otra pregunta que suscite a hablarte sobre si mismo.
Ahora le estás dando oportunidad de que comparta información nueva contigo.
Si solo contesta "bien", prueba a seguir preguntando o comentando cosas para ayudarle a que comparta información contigo; por ejemplo algo sobre lo que estáis haciendo, sobre alguien que conozcáis en común, si ha hecho algo el fin de semana pasado, si le ha ocurrido algo nuevo ultimamente, etc...
2- ELIGE UN NUDO CONVERSACIONAL
Una vez que la persona nos ha dado información nueva, podemos elegir hacia dónde dirigir la conversación. Pongamos por ejemplo que nuestro interlocutor ha compartido con nosotros la siguiente información:
"Acabamos de regresar de vacaciones en Roma"
Ahora fíjate, que en esta frase hay varios nudos conversacionales, es decir, palabras o frases de los que se pueden sacar muchos más temas de conversación.
Veamos los nudos de esta frase:
Acabamos de regresar:
"¿Cuando habéis llegado exactamente?"
"¿Habéis ido en avión? ¿Qué tal el viaje?"
"¿Cuánto duró el viaje?"
"¿Habéis ido solos o con más gente?"
Vacaciones:
"¡Vacaciones! que suerte, ya no recuerdo la ultima vez que tuve unas ¿lo habéis pasado bien?"
"¿Os habéis relajado?"
Roma:
"¡Roma! nunca he estado allí, ¿es bonito?"
"¡Roma! me encanta ¿que es lo que mas te ha gustado de allí?
"¿Habéis visto el Coliseo? ¿qué os ha parecido?"
Como puedes ver, de una pequeña frase se pueden sacar multitud de temas de conversación, y de esta manera vamos formando una cadena, que puede alargarse indefinidamente, haciendo que la conversación sea espontánea y fluida. Además siempre podrás dirigir la conversación hacia los temas que más te interesen y esto es una gran ventaja, ya que podrás elegir los que te resulten más cómodos.
3- COMPARTE INFORMACIÓN NUEVA CON TU INTERLOCUTOR
Además de fijarte en los nudos, y hacer preguntas, es muy importante compartir siempre información acerca de lo que pensamos o de nuestros intereses sobre el tema. De esta manera ayudas a la otra persona a que pueda preguntarte a ti también las cosas que le interesen, y estás facilitando la conversación.
Cuando te pregunten trata de responder con información nueva, información que no te hayan pedido explícitamente, así puedes mantener viva la comunicación. Trata de no emplear monosílabos. Por ejemplo si te preguntan "¿llevas mucho tiempo viviendo aquí?", en lugar de contestar con un "sí", trata de revelar más cosas sobre ti mismo, por ejemplo "sí llevo dos años viviendo aquí, y antes estuve viviendo en Madrid durante cuatro años"
En resumen, debemos extender nuestra respuesta, proporcionando información sobre nosotros, o manifestando nuestras opiniones o nuestros intereses personales, para mantener viva y abierta la conversación, dando oportunidad a la otra persona para preguntar sobre lo que nosotros decimos.