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22-feb-2015
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Porque fue ella quien me hizo reparar en mi sonoridad, igual que yo a ella en su sigilo. Uno, ya se sabe, a si mismo se conoce bien poco. ¿Qué sabe uno de su propia cara? Por más que te sea familiar, en el fondo te será siempre extraña. Si ante el espejo y con la mano en el corazón te preguntas:-¿Ese de ahí soy yo?, verás que, aun diciendo que si, el tono está sustentado en el terror metafísico de la obviedad. Dirás que si, pero tu alma temblará ante la evidencia. Y lo mismo pasa con el nombre. Soy Fulano, decimos para presentarnos, como si el nombre añadiera a nuestra presencia algo más que el adorno de un cascabel, del colorín de una pluma en el pelo. Ya decir "soy yo" es ir demasiado lejos. Ahora imagínese que alguien dice: "Yo soy Ambrosio", y juzgue usted misma el tamaño de la alucinación.
Retrato de un hombre inmaduro - Luis Landero
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24-feb-2015
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"Cada día es un tiempo regalado. Un regalo, aunque a veces es difícil desenvolverlo. En ese caso, sería conveniente comérselo con envoltorio y todo"
Manolo García en su libro "El fruto de la rama más alta".
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27-feb-2015
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Es más divertido apoyar al único defensor de algo que a los que están en contra de él/ la, y más aún cuando tiene la razón. (Yoni Pacheco. O sea yo)
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08-mar-2015
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Hay cosas que realmente son pasajeras en esta vida, la vida misma es pasajera, y yo supongo que es razonable apreciar lo bueno que tenemos a lado nuestro, no todos se quedan para siempre, o mejor dicho no estaran con nosotros siempre, razones...Supongo que sobran, La unica esperanza que mantengo es que vendran otros...
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09-mar-2015
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Cita:
Iniciado por Galbana
1. A una edad temprana, comienzas a odiarte. A menudo es porque abusaron de ti, o porque creciste en un hogar con problemas, o fuiste rechazado socialmente, o quizás eras un poco gordo… lo que sea. No eres como los otros niños, a ellos no pareces gustarle, y usualmente puedes darte cuenta de ello a los 5 años de edad.
2. En algún momento, usualmente cuando eres muy joven, hiciste algo que hizo reír a los demás. Contaste un chiste o te caíste o dejaste escapar un gas, y te diste cuenta que por primera vez, podías obtener una reacción positiva. No amor o afecto real, obviamente, sólo una reacción –una que es un avance del odio y de los mil pasos que te alejan de ser invisible. Algo que puedes controlar.
3. Pronto aprendiste que ser gracioso construye una muralla perfecta e impenetrable a tu alrededor, que impide que alguien se acerque demasiado y se de cuenta de lo mucho que apestas. Mientras más te odias a ti mismo, más fuerte debe ser la barrera y más lejos debes empujar a las personas de ti. En otras palabras, debes ser un mejor comediante.
4. En tus años formativos, te creas un segundo yo (uno falso) – un payaso que puede representarte en tu barrera exterior. El payaso siempre está bromeando, siempre está motivado, siempre está llamando la atención para prevenir que alguien toque la muralla y vea a la persona real que está oculta detrás. El payaso es el alma de la fiesta, el payaso de la clase, el tipo sobre el escenario – muy diferente del “tú” verdadero, lo más posible. Nuevamente, la meta es crear distancia.
Lo haces porque si las personas odian al payaso, a nadie le importa. Porque no es el tú verdadero. Eso te protege.
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¿De qué libro es esta cita?
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10-mar-2015
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- Estoy 1% seguro de lo que digo y de lo que creo.
- ¿Por qué tan poco?
Porque me gusta toparme con la capacidad de sorpresa envuelta en el aire.
Libro: "La coherencia de la contradicción"
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12-mar-2015
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Qué puto tedio tener que buscar referencias hasta debajo de las piedras. ¿Qué culpa de nacer cuando ya se ha dicho tanto? Al diablo con la citación: ¡las afirmaciones me salen de los cojones!, ¿y qué?
"PRÓLOGO
Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación? El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento. Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y las cuenta a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte, casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres; y ni eres su pariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde eres señor della, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comúnmente se dice: que debajo de mi manto, al rey mato. Todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación; y así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calunien por el mal ni te premien por el bien que dijeres della.
Sólo quisiera dártela monda y desnuda, sin el ornato de prólogo, ni de la inumerabilidad y catálogo de los acostumbrados sonetos, epigramas y elogios que al principio de los libros suelen ponerse. Porque te sé decir que, aunque me costó algún trabajo componerla, ninguno tuve por mayor que hacer esta prefación que vas leyendo. Muchas veces tomé la pluma para escribille, y muchas la dejé, por no saber lo que escribiría; y, estando una suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla, pensando lo que diría, entró a deshora un amigo mío, gracioso y bien entendido, el cual, viéndome tan imaginativo, me preguntó la causa; y, no encubriéndosela yo, le dije que pensaba en el prólogo que había de hacer a la historia de don Quijote, y que me tenía de suerte que ni quería hacerle, ni menos sacar a luz las hazañas de tan noble caballero. Porque, ¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el antiguo legislador que llaman vulgo cuando vea que, al cabo de tantos años como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis años acuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención, menguada de estilo, pobre de concetos y falta de toda erudición y doctrina; sin acotaciones en las márgenes y sin anotaciones en el fin del libro, como veo que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sentencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que admiran a los leyentes y tienen a sus autores por hombres leídos, eruditos y elocuentes? ¡Pues qué, cuando citan la Divina Escritura! No dirán sino que son unos Santos Tomases y otros doctores de la Iglesia; guardando en esto un decoro tan ingenioso, que en un renglón han pintado un enamorado destraído y en otro hacen un sermoncico cristiano, que es un contento y un regalo oílle o leelle. De todo esto ha de carecer mi libro, porque ni tengo qué acotar en el margen, ni qué anotar en el fin, ni menos sé qué autores sigo en él, para ponerlos al principio, como hacen todos, por las letras del A.B.C., comenzando en Aristóteles y acabando en Xenofonte y en Zoílo o Zeuxis, aunque fue maldiciente el uno y pintor el otro. También ha de carecer mi libro de sonetos al principio, a lo menos de sonetos cuyos autores sean duques, marqueses, condes, obispos, damas o poetas celebérrimos; aunque, si yo los pidiese a dos o tres oficiales amigos, yo sé que me los darían, y tales, que no les igualasen los de aquellos que tienen más nombre en nuestra España.
En fin, señor y amigo mío —proseguí—, yo determino que el señor don Quijote se quede sepultado en sus archivos en la Mancha, hasta que el cielo depare quien le adorne de tantas cosas como le faltan; porque yo me hallo incapaz de remediarlas, por mi insuficiencia y pocas letras, y porque naturalmente soy poltrón y perezoso de andarme buscando autores que digan lo que yo me sé decir sin ellos. De aquí nace la suspensión y elevamiento, amigo, en que me hallastes; bastante causa para ponerme en ella la que de mí habéis oído."
DE CERVANTES SAAVEDRA, Miguel, "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", Panamericana Editorial, Bogotá, 1997. La negrilla es mía.
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Última edición por sebasxtian; 28-mar-2015 a las 23:42.
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12-mar-2015
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Vivimos en un mundo vacío en el que cada individuo trata de llenar ese hueco en su pecho a costa del sufrimiento o felicidad de los demás.
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18-mar-2015
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"El valor no es la ausencia de miedo, más bien es la opinión de que otra cosa es mucho más importante que el miedo"
Ambrose Reedmon
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19-mar-2015
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El silenci també és un atzucac
i també es diu amb silenci.
Potser
cap gest no és tan clar i tan transparent
com tu pensaves, i ara sents l'ofec
de tants gestos sobrers.
Potser el costum
t'ha convertit en aquest personatge
hieràtic i solemne que malviu
entre la por terrible a veure's nu
i el terrible desig de despullar-se.
Miquel Martí i Pol
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