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03-ene-2013
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Dice Vauvenargues que en los jardines públicos hay paseos frecuentados principalmente por la ambición venida a menos, por los inventores desgraciados, por las glorias abortadas, por los corazones rotos, por todas esas almas temblorosas y cerradas en que rugen todavía los últimos suspiros de una tempestad, que se alejan de la insolente mirada de los satisfechos y de los ociosos. En estos refugios umbríos se dan cita los lisiados por la vida.
Una mirada experta nunca se engaña. En esas facciones rígidas o abatidas, en esos ojos hundidos y empañados o brillantes con los últimos fulgores de la lucha, en esas arrugas hondas y múltiples, en ese andar tan lento o tan brusco, al instante descifra las innumerables leyendas del amor engañado, de la abnegación incomprendida, de los esfuerzos sin recompensa, del hambre y del frío soportados humilde y silenciosamente.
Charles Baudelaire
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Última edición por Sendra; 03-ene-2013 a las 21:51.
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20-ene-2013
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Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo. Libre o no libre, casado o soltero, heterosexual u homosexual, son aspectos que varían de cada persona. Hay quienes son más expansivos, capaces de varios amores. No creo que exista una única respuesta para todo el mundo.
Anaïs Nin
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20-ene-2013
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Podemos perdonar a un hombre el haber hecho una cosa útil, en tanto que no la admire. La única disculpa de haber hecho una cosa inútil es admirarla intensamente. " Oscar Wilde.
Prefacio de el retrato de Dorian Gray
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24-ene-2013
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Sí, soy pesimista, pero yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es. -José Saramago
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30-ene-2013
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"Son todos unos concha de su madre" Segundo Ampuero, dirigente social chileno
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30-ene-2013
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Como horribles batracios a la atmósfera,
suben visajes lúgubres al labio.
Por el Sahara azul de la Sustancia
camina un verso gris, un dromedario.
Fosforece un mohín de sueños crueles.
Y el ciego que murió lleno de voces
de nieve. Y madrugar, poeta, nómada,
al crudísimo día de ser hombre.
Las Horas van febriles, y en los ángulos
abortan rubios siglos de ventura.
¡Quién tira tanto el hilo: quién descuelga
sin piedad nuestros nervios,
cordeles ya gastados, a la tumba!
¡Amor! Y tú también. Pedradas negras
se engendran en tu máscara y la rompen.
¡La tumba es todavía
un sexo de mujer que atrae al hombre!
Desnudo en barro - Poema de César Vallejo
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31-ene-2013
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Esta noche, buscando tu boca en otra boca,
casi creyéndolo, porque así de ciego es este río
que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados,
qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor
sabiendo que el placer es ese esclavo innoble
que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.
Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas
ni esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.
Julio Cortázar
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31-ene-2013
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But I don't want to go among mad people.
Oh, you can't help that. We're all mad here. I'm mad. You're mad.
How do you know I'm mad?
You must be. Or you wouldn't have come here.
And how do you know that you're mad?
To begin with, a dog's not mad. You grant that?
I suppose so
Well, then, you see, a dog growls when it's angry, and wags its tail when it's pleased. Now I growl when I'm pleased, and wag my tail when I'm angry. Therefore I'm mad.
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03-feb-2013
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Más y más de lo mismo, pero ....
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06-feb-2013
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Albert Camus - Caligula (Fragmento)
Helicón: (de un extremo a otro del escenario) Buenos días, Cayo.
Calígula: (con naturalidad) Buenos días, Helicón.
(Silencio.)
Helicón: Pareces cansado.
Calígula: He caminado mucho.
Helicón: Sí, tu ausencia se ha prolongado mucho.
(Silencio.)
Calígula: Era difícil de encontrar.
Helicón: ¿El qué?
Calígula: Lo que yo quería.
Helicón: ¿Y qué es lo que querías?
Calígula: (sigue con naturalidad) La luna.
Helicón: ¿Qué?
Calígula: Sí, quería la luna.
Helicón: ¡Ah! (Silencio. Helicón se acerca.) ¿Para qué?
Calígula: Bueno… Es una de las cosas que no tengo.
Helicón: Claro. ¿Y ya está todo resuelto?
Calígula: No, no he podido conseguirla.
Helicón: ¡Qué lástima!
Calígula: Sí, por eso estoy cansado. (Pausa.) ¡Helicón!
Helicón: Sí, Cayo.
Calígula: Piensas que estoy loco.
Helicón: De sobra sabes que nunca pienso. Soy demasiado inteligente para eso.
Calígula: Sí. ¡En fin! Pero no estoy loco y aún más: nunca he sido tan razonable. Simplemente, sentí en mí, de pronto, la necesidad de lo imposible. (Pausa.) Las cosas, tal como son, no me parecen satisfactorias.
Helicón: Es una opinión bastante difundida.
Calígula: Es cierto. Pero antes no lo sabía. Ahora lo sé. (Continúa con naturalidad.) El mundo, tal como está hecho, no es soportable. Por eso necesito la luna o la felicidad, o la inmortalidad, algo descabellado quizá, pero que no sea de este mundo.
Helicón: Es un razonamiento que se tiene de pie. Pero en general no es posible sostenerlo hasta el fin.
Calígula: (levantándose, pero con la misma sencillez) Tú de eso no sabes nada. Si las cosas no se consiguen es porque nunca se las persigue hasta el fin. Pero quizá baste con permanecer lógico hasta el fin. (Mira a Helicón.) También sé lo que estás pensando. ¡Cuántas complicaciones por la muerte de una mujer! Pero no es eso. Creo recordar, es cierto, que hace unos días murió una mujer a quien yo amaba. Pero ¿Qué es el amor? Poca cosa. Esa muerte no significa nada, te lo juro; sólo es la señal de una verdad que me hace necesaria la luna. Es una verdad muy simple y muy clara, un poco tonta, pero difícil de descubrir y pesada de llevar.
Helicón: ¿Y cuál es esa verdad, Cayo?
Calígula: (apartado, en tono neutro) Los hombres mueren y no son felices.
Helicón: (después de una pausa) Vamos Cayo, es una verdad a la que nos acomodamos muy bien. Mira a tu alrededor. Eso no les impide almorzar.
Calígula: (con súbito estallido) Entonces. Todo a mi alrededor es mentira, y yo quiero que vivamos en la verdad. Y justamente Tengo los medios para hacerles vivir en la verdad. Porque sé lo que les falta Helicón. Están privados de conocimiento y les falta un profesor que sepa lo que dice.
Helicón: No te ofendas, Cayo, por lo que voy a decirte. Pero deberías descansar primero.
Calígula: (sentándose y con dulzura) No es posible Helicón, ya nunca será posible.
Helicón: ¿Y por qué no?
Calígula: Si duermo ¿Quién me dará la luna?
Helicón: (después de un silencio) Eso es verdad.
Calígula: (se levanta con visible esfuerzo) Escucha Helicón. Oigo pasos y rumor de voces. Guardad silencio y olvida que acabas de verme.
Helicón: He comprendido
Calígula: (se dirige hacia la salida. Se vuelve.) Y te lo ruego: en adelante ayúdame.
Helicón: No tengo razones para no hacerlo, Cayo. Pero yo sé muchas cosas y hay pocas que me interesen. ¿En qué puedo ayudarte?
Calígula: En lo imposible.
Helicón: Haré lo que pueda.
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Última edición por Ennui; 13-nov-2015 a las 09:46.
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