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21-nov-2007
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Llegan las fechas de las típicas cenas de empresa: un nuevo suplicio que añadir al trabajo en sí. Este año tengo la primera de mi vida y ya les he dicho que yo no iba a ir, a pesar de que una de mis jefas, y a la vez compañera de trabajo (es hija del jefe), comentó “venga, Fran, ven, que te tomas dos chupitos y vuelves nuevo para casa”. Pero, después de sopesar los pros y los contras, la balanza se me inclina claramente hacia el “no”. Los inconvenientes de ir son varios: sentirme constantemente incómodo, no saber de qué hablar, ser incapaz de mostrarme contento y reír, desentonando con el ambiente festivo, con quién sentarme si no tengo relación con ninguno de mis compañeros y, en general, sería pasar un mal rato, deseando marcharme de allí cuanto antes. A favor estaría no pasar por el raro de la empresa al no ir y la posibilidad hipotética y lejana de que llegara a sentirme bien o, ya puestos a imaginar desvaríos, que mi jefa-compañera se liara conmigo, jaja. En fin, que opto directamente por la evitación para no tener que pasar un mal rato en vano. Que piensen lo que quieran. Mi jefa también le dijo a otro de mis compañeros que yo no quería ir y él le contestó “mariconadas, Laura”. Supongo que intuyen, más o menos, lo que me pasa, pero dudo que lo entiendan. Otra me comentó que había oído que yo no tenía pensado ir y, cuando le dije que no me iban mucho esas cosas, me dijo que a ella tampoco le gustaba salir ni todo eso. Pero, sí va a ir. Es decir, no le incapacita la situación como a mí. No es lo mismo.
Aquí en el foro se dice a menudo que la exposición es un buen método para ir superándolo. Sin embargo, yo ya he medio tirado la toalla. Digamos que la llevo a rastras porque a tirarla del todo no me atrevo. Tampoco puedo decir que haya hecho mucho por mejorar, supongo que el propio problema me impide buscar ayuda. Tengo bastante asumido que mi vida será siempre así como hasta ahora que ya tengo 32 años, es decir, sin amigos, sin sexo, sin amor. Si algo cambiara no sería por mis méritos o esfuerzos, sino por el azar. Creo que me estoy volviendo bastante esquizoide, si es que no lo he sido siempre, pues, aunque lo paso mal, no suelo llegar a esos extremos de mucha gente que escribe aquí posts casi desesperados. Digamos que lo sobrellevo. Como yo digo, la vida vino mal dada y sólo queda cargar con ella, esperando que todo acabe y disfrutando mientras tanto de algunos pequeños placeres solitarios que la hacen un poco más llevadera.
No me alargo más. Para algunos esto de la cena será una tontería. Cada uno tiene un grado de fobia diferente. También yo leo cosas que a algunos les cuesta un mundo y yo las hago sin pensarlo casi. La decisión de no ir la tengo tomada. Así que no voy a pediros consejo. Sólo preguntaros qué habéis hecho en situaciones similares otros años, si habéis ido, cómo lo pasasteis, qué hicisteis…
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21-nov-2007
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Veo que Autoestima ha puesto casi al mismo tiempo que yo un post similar a éste. Perdón por la repetición temática.
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21-nov-2007
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Sólo diré que no entiendo la casi obligación de acudir a ese tipo de cenas para que a uno no le tachen de raro. Lo absurdo, lo extraño, lo surrealista es que exista esa presión para compartir mesa con quien te pasas 8 horas o más haciendo el capullo. Un poco más de respeto a las decisiones de cada cual, sea por la circunstancia personal que sea.
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21-nov-2007
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Piensa una cosa,no es obligatorio ir,puedes evitarlo fácilmente.Hay mil excusas convincentes.No es cómo las comidas navideñas con la familia que hay más en juego si optas por la evitación.Yo,mientras pueda evadir algo con pocas consecuencias,lo evado y punto.Lo que me hace sentir ansiedad anticipatoria es saber que voy a tener que enfrentarme sin más remedio.Pero tú no,tu puedes zafarte.
De todas formas,hay fóbicos que lo único que les preocupa son las consecuencias de evitar el hecho (aquí entra el qué dirán,miedo al rechazo,culpa...) y a otros también les fastidia el no poder enfrentarse al hecho,por ejemplo como te puede molestar quedarte en casa por un resfriado(es como un quiero y no puedo).Pero pienso que tú,Capítulo_II eres del primer tipo,en verdad piensas que no te vas a perder mucho por no asistir.Entonces...¿para qué comerse el tarro?
Un saludo.
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21-nov-2007
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A las cenas de empresa por navidad les debería pasar como a la misa del gallo: con el tiempo el raro será el que acuda. O al menos que la no asistencia deje de castigarse con la etiqueta.
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22-nov-2007
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Cita:
a otros también les fastidia el no poder enfrentarse al hecho,por ejemplo como te puede molestar quedarte en casa por un resfriado(es como un quiero y no puedo).Pero pienso que tú,Capítulo_II eres del primer tipo,en verdad piensas que no te vas a perder mucho por no asistir.Entonces...¿para qué comerse el tarro?
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Sí, Aintzane, la verdad es que pienso que no me voy a perder mucho, pero también pienso "¿y si en realidad me pierdo algo bueno?" Porque si siempre lo evitas todo, que es lo que yo hago, nunca tendrás nada. Probablemente, si fuera, luego lo vería como algo decepcionante, aburrido e intranscendente. Pero siempre queda la duda. Eso y el ver que soy incapaz de enfrentarme a ciertas cosas es lo que me fastidia, aunque esas cosas luego no me gustaran. Lo que pasa es que ni siquiera me atrevo a comprobar que no me gustan.
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22-nov-2007
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yo igual,estoy con una comida de tarro bestial,si ir no ir,q pesadilla,vivir sin querer estar con gente.
que tipo de vida mas rara y mas agobiante.
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22-nov-2007
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yo sólo fui en mi vida a una cena de empresa de fin de año, tenía bastantes nervios antes, pero al final vi que no es tan complicado estar ahí, lo más complicado es acertar a sentarte en un sitio donde te encuentres cómodo para la cena con los acompañantes y luego viene la peregrinación de bares, no tarda mucho para que la mayoría de la gente esté medio cocida, que ese es el principal objetivo de la noche, pillar la gran mamada, lo demás es secundario, si hablas bien y si no también, el caso es privar, esa fue mi experiencia
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22-nov-2007
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Visto asi.
Aunque ahora que caigo,
no tengo cena de empresa.
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22-nov-2007
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¿32? Yo tengo 26 años y me siento de forma similar: sin pareja desde hace años, con únicamente un amigo - y lo veo solamente cada 2 o 3 fines de semana -, triste...
Yo he tenido cenas de empresa. Pero las he evitado ¡de la forma más ridícula!
Estaban mis jefas y una empleada preparando la mesa y las pizzas. En eso que yo les suelto:
- Ejem, me voy un momento al baño. Ahora vuelvo.
Entonces, ¡¡me fuí a mi casa!! Ahí estuvieron, media hora esperando... a ver porque coño no regresaba del baño. Evité de una manera de lo más absurda, y al día siguiente me sentía totalmente ridículo.
La exposición es un buen método para superar los miedos, sí. Pero siempre y cuando no te expongas a una situación muy difícil para tí, porque entonces será contraproducente.
Yo tengo un poco de miedo a las cenas de empresa. Me pasa un poco como a tí: "¿hablaré o quedaré como un soso?", "¿me pondré nervioso?", "me entrará sudor?", etc etc. Podría afrontar estas situaciones pero...
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