Es complicado. Hay gente que necesita que les presionen, necesitan que les empujen a socializar, incluso que les obliguen, y cuando lo hacen, se dan cuenta de que no era para tanto. Otros, en cambio, al mínimo contratiempo se vuelven a su caparazón y en vez de dar un paso hacia delante, dan dos hacia atrás.
Tu lo conoces. Te diría que intentes convencerlo, pero no fuerces la situación, por si se asusta. Hay que saber dónde está el límite.