Una cosa es cierta:
Ir al psicologo sirve, te ayuda, te da ciertas directrices, tecnicas, metodos para que uno pueda mejorar, pero no es menos cierto que esta no es una enfermedad cualquiera. Esto no se acaba con una pastillita milagrosa, no.
Hay que tener la disciplina, los cojones, la paciencia y la conviccion de que la vida es algo que nunca esta del todo ganada ni hecha. Que la vida es un trabajo continuo con uno mismo, en donde el aceptarse como uno es (con todo lo bueno y lo malo que eso implica) es la clave para convertir la agorafobia en algo dominable.