Soy adicto a casi todas las posibilidades que me ofrece Internet, si bien no visualizo pornografía. También soy adicto al alcohol baratuzo, que para coger el puntillo, no hace falta dejarse el jornal en un gran reserva. Sin embargo, no puedo con ningún tipo de destilado, ya sea whisky, vodka o ginebra; me basta olisquear en contenido de un vaso de whisky para que me empiecen a dar arcadas. Curioso, ¿no?
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