La esperanza es lo último que se pierde. Cuesta trabajo no hacerlo, sobre todo cuando ves que pasan los años y que sigues solo hundido en tu miseria. En alguna ocasión pensé que estaba condenado a vivir solo, aunque me resignaba a creerlo.
Empecé a hacer deporte y a perder peso, mejorando notablemente mi autoestima e hice terapia para superar todos mis traumas y mejorar muchos aspectos de mi vida personal. A pesar de ello seguía solo, sin encontrar amigos...hasta que ellos me encontraron a mí. He pasado de enclaustrarme en mi cuarto los fines de semana a salir todos ellos. Y mi vida sexual ahora va más a allá de mi mano derecha (e izquierda, que soy ambidiestro
).
Así que no desesperéis. Primero tenéis que aceptaros vosotros para que os acepten los demás. Cambiad aquello que no os guste de vuestra persona, pedid ayuda profesional si no podéis solos (a mí me ayudó muchísimo) e intentad buscar gente con la que salir (en el trabajo, gimnasio, clases de idiomas o de lo que sea, etc.). Cuesta, pero al final merece la pena.